Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Cambril y la muñeca

Que tome nota la ciudadanía de la doble moral de un alcaldable de Podemos que confunde mujeres con muñecas

Ahora que Cambril ha decidido ser el candidato a la alcaldía de Granada del desnortado y fragmentado Podemos y de IU, desbancando a una gran persona y servidor público como es Puentedura, como tal quiero recordarle que hace un año escribía su artículo Girón y la muñeca, en el que me nombraba expresamente y enfatizaba con negrita y en cursiva que Girón me había conquistado para su causa cantonalista. Independientemente de su postrer disimule con un retruécano kafkiano entre la muñeca y Granada, copiando la sinopsis de Kafka y la muñeca viajera de Jordi Sierra i Fabra, el lector captó ipso facto quién era la muñeca, hasta el punto de que el Observatorio de Género de Madrid lo metió inmediatamente en su lista negra de personas a observar por su comentario machista y despectivo.

Nunca esperé disculpa de quien no conozco y con quien sólo coincidí en una tertulia televisiva, pero tras una extensa carrera profesional nunca esperas semejante apelativo, que dudo mucho se atreviera a usar con sus compañeras de la extrema izquierda o simplemente de la izquierda. ¿Dónde estaban todas ellas cuando Cambril deslizaba que yo era la muñeca de Girón? ¿Y las feministas radicales? Evidentemente ni estaban ni se las esperaba porque no soy de su cuerda política.

Si este comentario machista, peyorativo y que cosifica a la mujer lo hubiera hecho alguien de derechas sobre una Catedrática de Universidad de izquierdas, se hubiera armado la de Dios, pero la doble moral de la izquierda rige en todos los ámbitos, hasta en uno tan delicado como este.

Aunque en la extrema izquierda estas conductas se repiten. Recuerden la dimisión de Lorena Ruiz-Huerta como portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid tras acusar de machista a su dirección o cuando el ahora jefe de Cambril, el del casoplón, dijo que azotaría a Mariló Montero hasta que sangrase.

No es grato que obvien toda tu trayectoria profesional y te conviertan en una cosa, en una muñeca, por ser pareja de, por tener ideas distintas o por querer una Granada libre del jugo de una Junta que nada nos ha dado y que tanto nos ha postergado.

Pero qué casualidad que quien entonces criticaba la ambición de Girón ahora se postule para alcalde de Granada, pero claro, en su caso nunca será ambición ¡Qué barbaridad! Pero si son otros los que pretenden postularse porque aman su ciudad tanto o más que él, entonces sí es ambición. Que tome nota la ciudadanía de la doble moral de un alcaldable de Podemos que confunde mujeres con muñecas.

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