Público y privado

maría Escudero

A Carmen Olmedo

QUERIDA Carmen: te has resistido a abandonarnos del todo, ha sido una larga despedida. Durante todos estos años, más de diez, en que estabas físicamente pero ya no eras tú, no te podíamos reconocer ni tu a nosotras, yo pensaba en que tu resistencia seguramente tenía que ver con tu negativa a irte por todo lo que nos queda por hacer. Era muy propio de ti, repasar en tus libretas, cientos de ellas te hemos conocido, cada día lo que tenías que hacer, tachando lo realizado y volviendo a escribir lo que quedaba pendiente, en un continuo avanzar sobre lo planificado.

Has sido, lo serás siempre, un referente del feminismo político, un ejemplo de valentía e integridad en el ejercicio de lo público. Nada te distraía, nunca olvidaste el porqué de tu militancia, no hacías concesiones ni a ti misma ni a quienes compartíamos contigo la tarea de llevar a cabo las políticas de igualdad en Andalucía. Era muy joven cuando te conocí, mi respeto y admiración a ti y a tus compañeras de generación, con las que pudimos realizar el sueño colectivo de crear el Instituto Andaluz de la Mujer, me acompañaran siempre, me han conformado en lo personal y en mi compromiso político feminista. Siempre ha sido para mí un privilegio y una responsabilidad, desde ahí escribo estas palabras que no son propias, son de todas y cada una de las que formamos tu equipo, ese equipo tan diverso que daba cuenta de tu capacidad de integrar lo mejor de cada una de nosotras para el logro de la tarea colectiva.

Ahora que el trabajo político está tan desprestigiado quiero decir alto y claro que eras un ejemplo de austeridad, responsabilidad y valentía. Pionera del feminismo socialista, siempre llevaste a tu tarea política la realidad, que tan bien conocías, de las mujeres, ellas eran quienes te aligeraban la pesada carga de la doble militancia, como nos pasa a tantas de nosotras. Siempre admiré tu pragmatismo, y comprendí muy pronto que era la mejor herramienta para hacer realidad nuestros sueños colectivos. Nunca tirabas la toalla, tu empeño en legislar contra la violencia de género no cejó hasta conseguir convencer a nuestros compañeros y muchas compañeras de proponer la ley que finalmente vio la luz en 2004.

Ahora se proponen homenajes y reconocimientos que quienes te queríamos agradecemos de corazón, es de justicia hacerlo por ti, pero, sobre todo porque es imprescindible preservar tu memoria porque en ella está la lucha de las mujeres por sus derechos, los mejores avances democráticos acontecidos en Andalucía.

Nosotras, tu equipo, sabemos que el homenaje que te mereces, el que tu verdaderamente querrías es que conservemos tu legado, que no es más que seguir desarrollando las políticas de igualdad para las mujeres en Andalucía, que el feminismo inspire las políticas públicas transformando las estructuras que impiden la ciudadanía de las mujeres.

Vete tranquila Carmen, nosotras seguiremos trabajando y entregando el testigo a las más jóvenes como tu hiciste con nosotras, aún nos queda un largo camino.

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