Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Caroca ficción

¿Firmaran Sánchez, Junqueras y Puigdemont la independencia de Cataluña tras la del Reino de Granada?

Como estamos en las semifiestas del Corpus, donde, además de carocas, antes había diversiones varias, entre ellas ferias de ganado, payasos, espejos deformantes y trenecitos del miedo, donde salían brujas y fantasmas dando escobazos, me permitirá el lector que acuda a una supuesta caroca ficción para lanzar una pregunta de actualidad: ¿Firmarán Sánchez, Junqueras y Puigdemont la independencia de Cataluña tras habérsela concedido al Reino de Granada? Porque los catalanes, por mucho que tergiversen la historia a su capricho y así la impartan en las escuelas, no tienen la legitimidad histórica, como ente soberano, que posee el Reino de Granada, con los árabes, primero, o desde la división de reinos que hicieron los Reyes Católicos, respetando sus atribuciones y supremacías, hasta la reforma provincial que se le ocurrió al motrileño Javier de Burgos en 1833.

Los que no somos nacionalistas, aunque sí creamos en las peculiaridades de territorios y gentes, no podemos aceptar que unos obtengan beneficios -porque chantajeen a los gobernantes de turno, sobre todo si a estos sólo les interesa mantenerse en el poder, al precio que sea- y otros se vean asidos al bamboleante furgón de cola, despreciados hasta el punto de que el presidente del gobierno central limpie cuidadosamente la alfombra para recibir con todos los honores a recién designados presidentes de la Generalitat -antes Torra, ahora Aragonès-, mientras el andaluz lleva más de dos años sin ser recibido en la Moncloa. Por supuesto, Andalucía y, especialmente Granada -que tampoco parece importarle a la capital autonómica, Sevilla- no cuentan para darles votos en el Parlamento, donde están los trapicheos de la feria de ganados.

Es verdad que en Granada, por fortuna, hasta ahora, no tenemos 'presos políticos' o 'exiliados` a los que tenga que indultar o amnistiar Sánchez. Ya se acepta que a esa mesa de extremas exigencias nacionalistas -llamada 'diálogo'-se puede sentar, junto al presidente de Gobierno, el reo Junqueras, no se sabe si antes o después de ser indultado o amnistiado, con su lema irreductible de la independencia de Cataluña. A la mesa del juego de la güija podrían unirse otros exiliados que tendrían libertad de movimiento en el país del que huyeron, tras sus graves delitos, y han estado insultando por toda Europa y el mundo, caso de Carles Puigdemont. Todo, justificado y camuflado en el bien común, del país en su totalidad o del que van a repartirse como una tarta de chocolate -los vascos, entre otros, esperan su porción-. Así que, visto lo visto, ¿quién puede impedir al Reino de Granada, resurgir de sus cenizas, como Ave Fénix, y pedir su trozo de la tarta nacional?

Perdonen, esto es sólo una caroca ficción.

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