Casa de paso

Salvador y Pérez han vuelto a la Plaza del Carmen pero sus dos egos no caben en la misma casa

La calle Casa de Paso unía la Calle Elvira con la Cuesta de Beteta. Las unía de una manera peculiar: a través del patio de una casa, la que daba nombre a la calle, cuyas puertas delantera y trasera permanecían abiertas. Durante décadas, los habitantes de la casa convivieron con fragmentos de conversaciones y monólogos de personas desconocidas. Estas entraban por una puerta y salían por la otra ajenas a la inquietud, la esperanza o la curiosidad que sus palabras pudieran despertar en quienes las escuchaban.

Cuando se cerró la casa de paso el Ayuntamiento hubo de habilitar otro inmueble que permitiera hacer aquello que se hacía en ella: entrar, decir y salir. La misma casa consistorial se consideró idónea. Uno de sus usuarios fue Luis Salvador, que atravesó el patio del Ayuntamiento, en tránsito hacia el Congreso de los Diputados, mientras declaraba su amor a Granada. También cruzó con frecuencia el patio a la carrera Sebastián Pérez, ora camino del Senado, ora de la Diputación, farfullando como el conejo de Carroll: "Llego tarde, llego tarde a una cita muy importante".

Salvador y Pérez han vuelto a la Plaza del Carmen pero sus dos egos no caben en la misma casa. Ha empezado una guerra de nervios: está por ver quién saldrá por la puerta de atrás, camino del Congreso, el Senado o la Embajada en Singapur, dejándole la alcaldía al otro. Por si acaso, los dos han vuelto a cruzar el patio y han pronunciado algún fragmento enigmático ("bajarse los turistas", dijo uno; "soterramiento barato", dijo el otro). En el centro del patio hay una fuente y el personal del Ayuntamiento, que tanto ha oído, presta a esas palabras la misma atención que al rumor del agua.

El lunes Salvador y Pérez iban a contar qué han hecho por la ciudad en cien días de gobierno; pero no comparecieron. Habría sido más adecuado presentarse el martes a la hora del crepúsculo y contar lo que han dejado de hacer en las ciento una noches de uno de los períodos más oscuros de la historia reciente de Granada. Nos habrían podido entretener, cual Sherezade bicéfala, con los cuentos que compusieron durante la campaña (el gran túnel, la smart city). Finalmente han hablado el jueves pero no han aclarado quién será alcalde dentro de dos años y quién está de paso.

Dijo Heráclito: "Los alcaldes pasan". Contestó Parménides: "Las deudas permanecen". El Ayuntamiento no se mueve pero para algunos es casa de paso.

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