el termómetro

Enrique Novi

Caza de brujas

COMO en las mejores dictaduras, el Gobierno de Rajoy sabe que quien controla la información tiene el poder, y controla la sociedad. Ya estaban tardando, pues, en desmontar el equipo de profesionales que vino a sustituir a los teleñecos manipuladores y sectarios de etapa Aznar, unos periodistas capaces de poner entre la espada y la pared a los políticos, ya se llamaran Mª Dolores de Cospedal o Pepiño Blanco. Entre los cascotes producidos por el terremoto que ha sacudido los cimientos del ente, hay damnificados ilustres, como los archimencionados Juan Ramón Lucas, Pepa Bueno, Toni Garrido o Ana Pastor, pero también los hay que simplemente han sido tocapelotas del subsuelo, transgresores de las cloacas como Javier Gallego. Su programa Carne Cruda, el único de emisión diaria que desaparece de la parrilla de Radio 3, lo hace, según la nueva dirección, por motivos presupuestarios y no políticos, a pesar de ser el de mayor seguimiento en redes sociales de la emisora y de haber duplicado la audiencia en los tres años que se ha mantenido en antena. La verdad es que Carne Cruda había recuperado la verdadera esencia de una emisora única y diferente. Los que crecimos con Radio 3 desde su nacimiento el 1 de julio de 1979, aprendimos a amar la música que no tenía cabida en las emisoras comerciales, las propuestas alejadas del mainstream que no podían ser escuchadas en ninguna otra parte. Pero además, nos educamos en la contracultura, en el pensamiento crítico y en la transgresión como forma de ejercer la ciudadanía en libertad. Tris Tras Tres, Jack el Despertador, Rosa de Sanatorio, El Trébede, La Barraca, Tiempos Modernos, El Correcaminos, Perfil del Ruedo, La Casa de la Troya… Y sus locutores: Carlos Faraco, Juan Herrera, José Luis Moreno-Ruiz, Iñaki Peña, Gloria Berrocal, Manolo Ferreras y Javier Rioyo, Carlos Finali y Fernando Argenta… De todos ellos había dos, El Ciempiés de Jaime Romo, y Caravana de Hormigas de Juan Ignacio Francia, que vendrían a ser los más cercanos referentes de Carne Cruda por su descaro y su incorrección política.

En este último, hubo un espacio llamado Voy a por ti Barrionuevo, entonces ministro del Interior en plena tormenta de los GAL, y se llamaba rata a Txiki Benegas, secretario de organización del PSOE. Y todo ello con los socialistas gobernando con mayoría absoluta. Eran principios de los 80 y los políticos bastante tenían con contener a los de las pistolas para que no truncaran el proyecto constitucional. En esa época se alcanzaron las mayores cuotas de libertad de expresión conocidas por la democracia española. Hoy mandan más los mercados que los tanques, y como vemos, son incluso más intransigentes con la cultura libre que los de las estrellas en el pecho. Que ya es decir.

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