Cámara subjetiva

Choni

¿Quién puede imaginar que se le detenga el corazón a una persona que parece la misma fuente de la vitalidad?

La muerte nos acecha y está ahí, aquí mismo, llevándose lo que más queremos. Bien sabemos que poco a poco nos iremos yendo todos. Pero en algunos casos la muerte se lleva a personas especiales, valientes, generosas, que se han metido en el corazón de mucha gente. Y entonces se agranda el vacío que dejan a su alrededor hasta hacer que nos sintamos aislados, rodeados por todas partes de la nada.

Eso pasa con María Asunción Pérez Cotarelo, la popular Choni, expansiva y alegre, con una generosidad y capacidad de trabajo que parecía que no tenía fin. ¿Quién puede imaginar que se le detenga el corazón a una persona que parece la misma fuente de la vitalidad? En mi niñez, en la casa de mis abuelos paternos, en Cabra (Córdoba), había en el patio una fuente con un pequeño surtidor siempre cayendo. Entonces el agua era infinita. En nuestras esporádicas visitas, a mí siempre me llamaba la atención aquella fuente, me gustaba mirarla y escuchar el ruido del agua brotando y cayendo de aquel manantial inagotable.

Yo creía que Choni era inagotable. Era un manantial. Hace poco, muy poco, me animaba a través de un mensaje en mi página de Facebook, quería ayudarme. Ella, que estaba ya tan impedida, parecía decirme: "Si me llamas estoy" (¿recordáis aquella canción de Víctor Manuel?), pues sabía que, moralmente, no paso por un buen momento. Todavía se ofrecía, en medio de sus padecimientos. Era así, entregándose siempre, dejando caer sobre nosotros, como el surtidor sobre la fuente, su corazón sin fin.

Pero sí tenía fin, y más pronto de lo que esperábamos, dado su optimismo, esa manera de sobrellevar el dolor. Decía sentirse indignada con la vida por la muerte de Juan Carlos Rodríguez y Pedro Vaquero, esos dos grandes referentes para la izquierda granadina. Decía que hay personas que no deben faltarnos nunca, que la vida era injusta. "Evidentemente han dejado mucho de ellos aquí, pero no van a tener nunca quien los sustituya", concluía (ella tampoco, digo).

Su feminismo militante, su trabajo en la Diputación Provincial, primero como Diputada de Cultura (2007- 2011) y después como portavoz de Izquierda Unida (2011-2015), lo mismo que en el Ayuntamiento de Cúllar Vega, durante tres legislaturas y su gran labor en la Concejalía de Empleo, dejó huella imperecedera en el mundo de la cultura y el trabajo. Todos, todas, la queríamos.

Sin duda ella era una de esas personas que no deberían faltarnos nunca.

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