La chauna

José Torrente

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Claudicación

Cuenca ha cedido en el acuerdo para la llegada del legado de Lorca porque políticamente así le va bien. Salva los muebles

Hace una semana la euforia visitó al alcalde de Granada. El primer edil se hizo un selfi con Laura y la noticia del acuerdo con la Fundación Federico García Lorca para traer el Legado del poeta al Centro de la Romanilla. Tan eufórico se vio en su aparición pública que empezó a enviar mandobles a Juan García Montero sin nombrarlo. Sin caer en la cuenta que los mismos leñazos que zumbó al PP golpearían a su vez en el mentón del PSOE de Chaves, Griñán y la Susana de nuestra Junta y todos sus palios. El ruido del bombo y el platillo le turbó. La Junta y el Ministerio son el 60% del Consorcio Lorca, y la Diputación otro 10%. No debió ignorar el Sr. Alcalde que todos los consorciados aprobaron las iniciativas siempre por unanimidad, para feliz acuerdo y rumbo protegido de un proyecto compartido desde su origen en 2004.

Paco Cuenca nos habló del logro, cuando podría haber hablado de su claudicación; de que vamos a pagar la cuenta a escote entre los contribuyentes. Ha cedido, porque políticamente así le va bien. Salva los muebles de las obligaciones pendientes de la fundación que representa la sobrina del poeta, a cambio de la foto electoral que a él le aúpe al prestigio que sigue buscando. Con nuestros impuestos va a pagar de nuevo por algo que ya se subvencionó antes, pero cuya justificación aún no se ha cumplimentado. Paco Cuenca se hace cargo de la deuda pendiente de justificar de la Fundación además de la deuda que mantiene con los proveedores. Lo que no hacen con otras asociaciones o fundaciones. Junta, Ministerio y Diputación le hacen la campaña a Paco, pero los cuatro millones de euros se los llevó Juan Tomás Martín, uno que puso allí Laura, de su estricta confianza.

Ni la Residencia de Estudiantes ni la Fundación fueron expulsados del Consorcio, sino limitada su presencia a tener voz asesora, que se agradecía, pero con el derecho a voto que su aportación financiera daba. Esa decisión fue unánime. Estuvieron de acuerdo PSOE y PP porque era cumplir con las obligaciones legales que dimanaban del nuevo escenario legal, tras la aprobación de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de los Entes Locales.

Legado sí, claridad también. Pero Paco Cuenca no lo cuenta así. Prefiere teñir de oscuro al anterior gobierno municipal y pintar de oropeles su gestión claudicante. Un lince.

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