Cambia, todo cambia

Comedores eco-lógicos

La salud de la población debería ser prioridad de los gobiernos, y si hablamos de la infancia estamos hablando de una obligación moral

La semana que viene el Colegio Público Gómez Moreno del Albaicín celebra el 15 aniversario del mejor comedor escolar de Andalucía, que curiosamente es gestionado por la propia asociación de madres y padres que lo fundó. La comunidad educativa ha organizado para la ocasión unas jornadas abiertas en las que explicarán el origen y las fortalezas de este proyecto. Al igual que otras excepciones como las escuelas infantiles del Ayuntamiento de Granada, es de los pocos centros que ha conseguido mantener su comedor frente a la privatización y la externalización de servicios mediante empresas de catering que llenan a diario el estómago de la infancia en Andalucía. Y lo digo así porque alimentar es otra cosa muy diferente.

Este comedor que utiliza sobre todo productos ecológicos y de cercanía, es la mejor demostración de que la economía local funciona mejor que la economía global. En su momento el cálculo del coste final de la comida para cada estudiante era menor al pago estipulado por la Junta de Andalucía, y al ser sin ánimo de lucro, la asociación del colegio debía devolver el dinero sobrante a la propia Junta. Y ustedes se preguntarán, ¿cómo un comedor con productos ecológicos y de tamaño pequeño es más barato que un catering que abastece a decenas o cientos de escuelas aprovechando la economía de escala?

La razón fundamental tiene que ver con uno de los principales axiomas topológicos (y tan lógicos): la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta. Para la comida esto supone que los productos crezcan cerca del lugar de consumo y que la comida se elabore in situ, en este caso, en las instalaciones de los propios colegios que siempre han incluido cocinas ahora infrautilizadas para recalentar platos precocinados días antes en ciudades lejanas como Zaragoza. Es tal la diferencia que mientras la Junta sigue engordando a las grandes empresas de cátering, el ejemplo del Gómez Moreno ha sido reproducido en Granada por otros 4 comedores creados fuera de los colegios asumiendo los costes del local donde se ubican.

La salud de la población debería ser una prioridad de los gobiernos, y si hablamos de la infancia estamos hablando de una obligación moral. Pero las cifras que señala la nutricionista Malva Castro son escalofriantes: el 12% de los niños y niñas tienen diabetes tipo II pues han consumido tanta azúcar que han agotado su páncreas y España supera a EE UU en obesidad infantil. Los comedores escolares constituyen un instrumento muy útil para evitar estos problemas y experiencias como las que señalo en este artículo muestran el camino para conseguirlo. Tome nota, Susana Díaz.

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