La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Confinamiento a la carta

Andalucía impone la lealtad institucional y deja a Madrid la última palabra sobre el toque de queda y el encierro en casa

"Resistiré", banda sonora en los balcones

Casi como un acto de servicio de apoyo a Canal Sur, a una RTVA sumida en una tormenta perfecta de crisis endémicas, presiones y polémicas puntuales, se programaba este viernes la comparecencia del presidente de la Junta a las 20:30 de la tarde. La periodista Mariló Montero conectaba en directo con San Telmo y Juanma Moreno anunciaba la hoja de ruta para combatir la tercera ola en Andalucía.

Casi a la desesperada ante el aumento explosivo de datos que se está registrando este mes en otra tormenta perfecta: se une el efecto de la resaca navideña, por pasarlo "mejor de la cuenta" como nos recriminaba Simon, con el impacto de la cepa británica "multiplicando por diez los contagios", la preocupación por la lentitud en el ritmo de vacunación y los inesperados anuncios de fabricantes como Pfizer con una reestructuración de la producción que no solo retrasará el proceso en toda Europa, también deja en el aire si se podrá inmunizar a tiempo al grupo que ya ha recibido la primera dosis.

Ni una semana ha durado el plan de restricciones a medio gas que la Junta puso en marcha después de Reyes. A partir de ahora, la revisión de las restricciones se realizará diariamente para responder a la situación específica de cada municipio. De momento, ya hay 216 pueblos y ciudades en toda Andalucía donde se aplica el cierre perimetral desde este mismo domingo y donde se plantea aplicar el confinamiento domiciliario. En Granada, la lista negra la engrosan ya 16 localidades y la capital está a un paso de sumarse por la alta incidencia del virus.

Plan de choque a la carta. Tal vez sea el camino para la batalla definitiva contra el Covid. Empezamos en marzo con tres meses de confinamiento duro y parálisis de la actividad económica en todo el país, hemos explorado en otoño la gestión autonómica de la segunda ola con una tendencia a imponer medidas generalizadas en cada región y llegamos ahora a la mal llamada tercera ola (admitamos que la segunda nunca la derrotamos del todo) donde lo que planea es una receta cada vez más local.

A la espera de conocer la evolución de las medidas, y saber si se acabará recurriendo a un confinamiento corto pero muy severo como ya reclaman desde el ámbito sanitario, volvemos estos días a la complejidad de tener que compaginar las actuaciones que los 17 gobiernos autonómicos están decretando en sus territorios con la obligada coordinación con el Ejecutivo central -ni el adelanto del toque de queda ni el encierro en casa es legal sin una modificación del estado de alarma- en un escenario peligrosamente tensionado por la política.

Las elecciones catalanas del 14 de febrero se acaban de aplazar a finales de mayo pero parece que han tenido más peso las estrategias electorales que la curva descontrolada de la pandemia. En Andalucía, había este viernes en el entorno del presidente quien opinaba que tal vez no fuese necesario ni que compareciera... Que si las medidas no eran muy drásticas, ¡para qué el desgaste! Ese mismo día, con filtraciones evidentes de ese mismo entorno, un periódico de la competencia se atrevía a publicar que habría confinamiento por "áreas sanitarias" y que no se tocarían los horarios de bares y comercios. El peligro de anticiparse más de la cuenta es justo éste, el riesgo a patinar.

La prudencia siempre ha sido una buena aliada. En la vida privada y en la pública. Más aún cuando se conjuga con el sentido común y con la responsabilidad. Lo más importante que ocurrió el viernes en Andalucía es que se cambiara el guion. Y esta vez no para responder a las llamadas de presión de ningún lobby ni para plantear un órdago partidista desde San Telmo (PP-Cs) a Moncloa (PSOE-Podemos).

Se tuvieron en cuenta los criterios de los técnicos, la situación y expectativas de evolución de la crisis sanitaria y las peticiones de los alcaldes. Andalucía pudo ordenar el toque de queda a las 20:00 como hizo (¿en rebeldía?) el presidente de Castilla y León pero optó por la lealtad institucional pidiéndolo a Madrid. Aunque no lo quieran entender, los ciudadanos no somos tan infantiles... Con razones, sin tacticismo, las medidas duras se pueden asumir. Y con relativo desgaste.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios