Más que por el centro histórico de Granada, soy de los que piensan que la mejor inversión en el Metro sería la que lograra su ampliación por el área metropolitana. Huétor Vega, Cájar, Monachil, La Zubia, Ogíjares, Churriana, Las Gabias, Alhendin, Santa Fe… ayudarían así a mitigar el tráfico que tanto atosiga la movilidad del entorno. Soy de los que creen en respetar el centro histórico de nuestra hermosa capital, yendo hacia una realidad incuestionable e inaplazable: que peatonalizado se disfruta más y se protege mejor.

A cuenta del futuro recorrido del Metro por la capital cuyo gobierno preside, el alcalde Cuenca creyó hallar un lugar donde poner en práctica la política más común de su partido: la confrontación. Poco antes de reunirse con la consejera del ramo de la Junta, el alcalde decidió sacar pecho y retar al gobierno andaluz con la vara de primer edil. Y la expansión del Metro como arma arrojadiza.

Con gran habilidad y educada naturalidad, Marifran Carazo, la consejera que más ha hecho por Granada desde la Junta, le ha pasado por el centro, ese espacio ideológico que la costumbre reserva para anteponer el diálogo al monólogo, el acuerdo al disenso y la cortesía al mal educado desplante. Con temple, Marifran y su talante han afeado el juguetito al que Cuenca se dispone a dar mucha cuerda. Para no parar de hacer la ola a su populismo, el alcalde desenfundó su olvidada vena ferroviaria, el invento con el que intentó arañar votos para la causa de su elección.

Con la confrontación halló éxito electoral el dúo Chaves/Zarrías, el ínclito Griñán y la más reciente Susana Díaz, usando al PP de Aznar y Rajoy como excusa y argumento para sus recortes, patrañas y casquería política. Por qué no iba a intentarlo Paco Cuenca, que de tal escuela es aventajado alumno.

Confrontar es un verbo que el PSOE siempre conjuga en plural y subjuntivo, pero echando la culpa a la intransigencia de los demás. Sánchez también hizo alarde de tal costumbre el sábado. Aprovechando que voló en el Falcon a visitar unos laboratorios en Granada, se pasó por el Palacio de Congresos a acusar de negacionista al PP y dejar constancia de su vileza.

A Granada le vendría mejor una apuesta por los acuerdos de verdad, los que diseñan el futuro. Marifran ha declarado su predisposición a entenderse para extender la red de Metro. Cuenca, sin embargo, ofrece desplante y guerra para ir boicoteando el avance. Marifran 1, Cuenca 0. Atentos al partido.