Ahora que se acerca la Nochevieja con las típicas campanadas que marcan el inicio de un nuevo año, recordamos la importancia de medir el tiempo. Pero, ¿cómo contaban las horas en la Edad Media y concretamente en la Granada nazarí?

Durante el día el paso de las horas lo marcaban relojes solares con la visualización de la variación de la sombra, ¿pero, qué pasaba por la noche? Para las horas nocturnas tenían tres instrumentos: el astrolabio que localizaba las estrellas, las clepsidras y los horologios realizados con velas con mayor o menor sofisticación.

El astrolabio representa bidimensionalmente la esfera celeste. Instrumento de precisión que ha tenido diferentes funciones: medir el tiempo de día y de noche, determinar direcciones geográficas (como la dirección de La Meca), medidas de altura, datos necesarios para levantamientos de horóscopos, navegación, etc.

Claudio Ptolomeo (100-170) será un referente con su obra: Planisphaerium (c. 150), traducido al árabe en el siglo IX y difundido en occidente en el siglo X gracias a las relaciones del Imperio Carolingio y el Califato de Córdoba de al-Hakem II, a través de la Marca Hispánica en los entornos de Santa María de Ripoll y de la catedral de Barcelona. Hipatia de Alejandría (c.360-415) trabajó con su padre Teón en perfeccionarlo. Ciencia presente en Alfonso X el Sabio en su: Libro del saber de Astrología, de 1278. Han llegado hasta nuestros días en torno a 40 tratados sobre la construcción y uso del astrolabio escritos en árabe, entre los años 800 y 1500 en todo el territorio islámico, incluido al-Andalus, según han estudiado, entre otros, Mercé Viladrich i Grau, Salvador García Franco y Antonio Almagro Cárdenas.

Las clepsidras eran relojes de agua. El agua sale por un pequeño orificio marcando en el recipiente donde cae las diferentes horas según el volumen que va adquiriendo, o con diversos mecanismos de una escala en el tubo principal que se va vaciando, entre otros sistemas.

Famosas fueron las velas nazaríes, marcadas para las horas de la noche, como el horologio descrito por Ibn al-Jatib en tiempos de Muhammad III (1302-1309) y el del 1362 de Muhammad V (1338-1391). Estudiado por Emilio García Gómez. Describió y patentó un prototipo el arabista Antonio Fernández Puertas. Era un cirio con muescas en donde se encontraban unas cintas que al quemarse liberaban un cerrojo que dejaba caer una bola de cobre sobre un platillo metálico, a la vez se abría distintas puertas de las que salía una figura de muchacha ofreciendo un papel que indicaba la hora y un poema alusivo a la misma.

Midamos el tiempo de la forma que queramos, os deseo que el 2021 sea un año mucho mejor que 2020 y con salud para todos.

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