Convencer y no obligar

La decisión de vacunarse debe ser voluntaria, basada en la confianza que las autoridades ofrezcan

Si finalmente tuviéramos la fortuna de disponer de una vacuna (o varias incluso) para afrontar con éxito la lucha frente al coronavirus, entraremos entonces en una etapa en la que será clave acceder a la vacunación de una gran parte de la población para conseguir la inmunidad más amplia posible.

Lo primero de todo será conocer el dossier técnico que se utilice para avalar la decisión de autorización de cada una de las vacunas para poder disponer de las máximas garantías de transparencia porque esta será la base fundamental para conseguir la confianza del mundo científico y del conjunto de la población.

Y es que la confianza es un elemento de vital importancia para el éxito de la estrategia de vacunación que habrá que desarrollar, una vez autorizada la vacuna o las vacunas. El éxito de la estrategia es imprescindible para asegurar el máximo beneficio en términos de protección inmunitaria y eso implicará que las personas incluidas en los criterios para vacunarse, se vacunen.

Una decisión que es voluntaria y no obligatoria. Y creo que así debe ser: una decisión voluntaria, basada en la confianza que las autoridades sean capaces de ofrecer por la transparencia en los procesos de toma de decisiones y basada, también, en las garantías que tienen los procesos de autorización de las agencias de medicamentos; algo que está suficientemente acreditado desde hace ya mucho tiempo.

En España, las coberturas vacunales tradicionalmente son muy altas y de las mejores del mundo sin necesidad de que las autoridades sanitarias las hayan considerado como algo de obligado cumplimiento. Es la confianza y la credibilidad en las vacunas el mejor instrumento para el éxito de las coberturas. Y no comparto que ahora haya que pensar en establecer la obligatoriedad de vacunarse frente al Covid-19 cuando se disponga de vacuna.

Coincido con el ministro de Sanidad en que es mejor apostar por la estrategia de convencer, considerando que las personas que formamos parte de esta sociedad somos capaces de tomar decisiones.

El Estado tiene instrumentos legales para obligar si fuera necesario. Pero ahora toca trabajar como siempre ya que la experiencia demuestra que las vacunas son un recurso apreciado por la ciudadanía. Eso si, cuidando desde ya la pedagogía con criterios de transparencia y veracidad.

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