Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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Cosa linda la familia socialista

Fastuoso el funeral de Estado de Rubalcaba. Casi todos de acuerdo. Miles de muertos aguardan el suyo en fosas comunes y cunetas

El expresidente del Gobierno Felipe González ha abogado este lunes para que la familia socialista -el tópico de moda en días de luto- aproveche el fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba para hacer una "reflexión interna" y "volver a integrar talento" de personas cercanas a él. En el partido le han contestado que lo que había que integrar ya está integrado. Y que lo que toca ahora es apiñarse en torno a líder victorioso. Parafraseando a Fofó, Gabi y Fofito, los payasos de la tele, cantemos todos (y todas): "No hay cosa más linda que la familia unida, atada por los lazos del poder, reconquistado". Las exequias de Rubalcaba han sido fastuosas. De ellas, como suele suceder con los muertos, se han aprovechado la citada y resucitada familia socialista, los reyes, y los demás partidos, en ese orden. El partido tóxico, coherentemente, no ha querido fingir, como los otros, un dolor que no siente. Del rey abajo, un empático lavado de cara, efímero, pero eficaz. Desde Atapuerca, nuestra especie practica ritos funerarios. Y el día en que murió Rubalcaba, la tarde se pobló de epitafios y panegíricos que abrazaban y fagocitaban al muerto, y consolaban a su familia. Con ciertos fallecidos, sobre todo si mueren en época electoral, no se escatima en reconocimientos y homenajes. Vistoso resultó el funeral de Estado. Uno, menos espectacular y costoso, se les tendría que haber tributado ya a los enterrados en fosas comunes y en cunetas, para que sus familias pudieran clausurar el duelo. Pero los herederos de los vencedores no han querido hacerlo y los herederos de los vencidos, o no se han atrevido o no lo han considerado prioritario cuando tuvieron el poder. Conviene al caso la explicación que, en segundo lugar, da el Centro Virtual Cervantes, prestigioso portal filológico, del refrán El muerto al hoyo y el vivo al bollo: […] "Se aplica también este refrán para recriminar a quien se olvida demasiado pronto del muerto". Y no menos, estos versos de Ángel González: "Los muertos son egoístas: / hacen llorar y no les importa, /se quedan quietos en los lugares más inconvenientes, /se resisten a andar, / hay que llevarlos /a cuestas a la tumba / como si fuesen niños, / qué pesados". La familia socialista, de nuevo, está al bollo. Y las víctimas de la Guerra, seguirán en sus infames enterramientos, ¡los muy egoístas!

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