Desde dentro y hacia afuera. Beatriz Palma ha asumido como suyas las normas y disciplina del taekwondo, una modalidad prácticamente desconocida en Granada, lo que ha ayudado a esta joven deportista a crecer dentro y fuera del tapiz donde se desarrollan los combates.

Beatriz asegura que practicar taekwondo "me da más seguridad", y también ha influido en su carácter, tal y como asegura su madre, Sacramento. "Desde que esta en este club, se nota que está más asentada, tiene más aplomo", reseña. Sus logros deportivos y su trayectoria confirman que Beatriz ha apostado fuerte por el deporte.

Sus comienzos en el taekwondo se remontan a cuando Beatriz apenas contaba con 4 años de edad, cuando la ahora campeona de Andalucía en categoría absoluta se apuntó con un primo suyo a clases de esta disciplina de defensa personal. "Íbamos los dos a jugar, era más una actividad extraescolar que otra cosa", reseña. Su primo lo dejó, pero ella no, y ahora está muy cerca de entrar a formar parte de la selección española júnior.

Con 12 años Beatriz afrontó sus primeras competiciones regionales, en las que ya demostró maneras. Ha sido, sin embargo, con sus actuales entrenadores, Manuel Hidalgo y Juan Rabelo, cuando esta granadina ha sacado lo mejor que lleva dentro. "Tengo más confianza, he mejorado la táctica y la técnica", explica Beatriz sobre sus progresos. Además, "ahora soy más rápida y tengo más potencia". Esta evolución ha tenido su reflejo en el palmarés de la deportista, que, pese a tener apenas 16 años, ya pelea con contrincantes sénior.

Para Beatriz, el taekwondo es mucho más atractivo que cualquier otra disciplina derivada de las artes marciales. "Es más bonito, no tienes que agarrarte, puedes jugar más, tiene más estrategia", enumera la granadina, que también reconoce que a veces se hace muy difícil mantener la disciplina en las sesiones de entrenamiento.

Fuera del gimnasio, Beatriz se enfrenta a las obligaciones de cualquier estudiante de primero de Bachillerato. Compaginar los estudios -a los que dedica tiempo antes y después de ir a clase en el Santo Domingo- con los entrenamientos y las competiciones, por ahora, no es un problema. "Tengo tiempo para todo. Bueno, ahora mismo no, porque estoy de exámenes", recuerda la taekwondista. "En lugar de estar con el ordenador, me voy a entrenar".

Además, hacer deporte tiene un efecto más que positivo a la hora de hincar los codos. "Si no hiciera taekwondo, no podría estudiar. Lo que estudias, se te queda mejor, aunque le dediques menos tiempo", explica Beatriz, que quiere encaminar sus pasos hacia la licenciatura de Traducción e Interpretación.

Y es que esta joven campeona se ve fuera de Granada en el futuro. Este verano tuvo la oportunidad de participar en una concentración de nueve días en Dinamarca, en la que compaginó los entrenamientos con clases de inglés, y asegura que la experiencia fue más que positiva. "Es otra mentalidad, más profesional, y eso me gustó". Eso sí, cualquiera que sea su destino, el taekwondo estará allí.