Crónicas levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

Cruzar el Orinoco

Hay que ser muy imaginativo para empobrecer un país tan rico como Venezuela. Ni robando. Carlos Andrés Pérez abundó en la cleptocracia que ha gestionado la fortuna del petróleo, pero Venezuela gozaba de una economía rica, de una Caracas alegre y noctámbula y, sobre todo, de libertad. Ahora no la hay, ni política ni económica. Nicolás Maduro perdió su legitimidad cuando usurpó el poder a la Asamblea legislativa elegida en las urnas, por eso hay que apoyar a Juan Guaidó como presidente de transición. España cruzará mañana el Rubicón al reconocer a éste como presidente; el actual embajador en Madrid carecerá de credenciales, pero al nuestro, en Caracas, le ocurrirá lo mismo. Miles de españoles y muchas empresas pueden quedarse sin representación en ese país. Los próximos días van a ser de una extraordinaria incertidumbre para todos ellos. Si hay algo que caracteriza la política venezolana desde la irrupción bolivariana es la polarización de la sociedad, la terrible radicalidad de las posturas. Hay una oposición que ni siquiera otorgó legitimidad al Hugo Chávez de los primeros días, cuando ganó con el 56% de los votos. Pero no hay marcha atrás, las naves han sido quemadas, Maduro es quien ha cegado todas las alternativas. La suerte está echada, ya sólo queda respaldar a Guaidó hasta el final, pero esto entraña muchos peligros.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios