El reloj ya está corriendo. Quedan escasos tres días para que Granada vuelva a tener alcalde -con el permiso de José Antonio Huertas, que está en funciones en el puesto-. El miércoles la ciudad pondrá punto final a un culebrón que se está alargando demasiado, concretamente desde que Sebastián Pérez, allá por finales de mayo, dio una rueda de prensa que desencadenó los acontecimientos que terminaron el 1 de julio con la, inevitable dadas las circunstancias, dimisión de Luis Salvador. El Consistorio granadino es una calculadora gigante que busca hacer sumas para saber cuál de los dos 'pacos' a los que se refirió Pérez se sienta en el sillón, aún caliente, de alcalde. Sin embargo la situación es más que numérica, porque aunque en teoría las cuentas salen a favor del PSOE, las rencillas entre Salvador y Cuenca pueden dar una suma de resultado negativo. Quedan tres días para limar esas asperezas y que los socialistas lleguen a la Alcaldía o, por el contrario, para que los populares consigan de nuevo el favor de Salvador y logren que se cumpla, aunque indirectamente, el 2+2 al sentar a su candidato en el sillón.

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