Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Culpables

Los culpables últimos de lo que sucede con Granada somos los propios ciudadanos

De la situación de humillante abandono que sufre Granada en todos los ámbitos (ferrocarril, infraestructuras, sanidad, judicatura…, ahora también la OCG), solemos culpar únicamente a los políticos que han dirigido a su antojo los destinos de esta ciudad y su provincia en los últimos 40 años. Y aunque no les sobra ni un ápice de la inmensa culpa que tienen quienes sólo se han representado a sí mismos y a sus ansias por conservar sus sillones por encima de todo y de todos, los culpables últimos de lo que sucede con Granada somos los propios ciudadanos.

Culpables por votar a quienes sólo buscan mantener sus poltronas públicas a costa de lo que sea.

Culpables por votar a quienes son capaces de ir en contra de los intereses de Granada y de sus votantes para mantenerse en el candelero político y seguir cobrando sueldazos a costa de nuestro dinero.

Culpables por reincidir votando en las elecciones municipales, autonómicas y generales a estos no-representantes que traicionan sistemáticamente a Granada y a los granadinos.

Culpables por creer que estos políticos podrían hacer algo en beneficio de Granada en vez de en beneficio exclusivamente propio.

Culpables por dejar nuestros destinos en manos de quienes se sirven de lo público en vez de en manos de auténticos servidores públicos.

Culpables por permitir todos los agravios que estos políticos han cometido hasta convertirnos en una región pobre y sin proyección ninguna. Tales como que no gestionemos ni la Alhambra ni Sierra Nevada, que padezcamos el más absoluto aislamiento ferroviario, que hayamos tardado varios lustros en contar con una única vía de tranvía metropolitano, que tener varios hospitales sea un problema, que nos quieran quitar parte del TSJA, que la Agencia del Medicamento se esfumara, y cientos de agravios más…, como que, a este paso, hasta perdamos la OCG -no es de extrañar que hasta su director afirme ya que a Granada le iría mejor siendo una Comunidad Autónoma independiente-.

Pero podremos redimir nuestras culpas en las urnas, echando a quienes han demostrado sobradamente que sólo van a lo suyo, a conservar sus cargos, y que llevan pasando de unos puestos a otros y de unos partidos a otros para seguir en sus poltronas, sin pudor alguno ante la ciudadanía que confió en ellos.

Es el momento de que los granadinos tomemos las riendas de Granada y de su propia autonomía para sacarla del profundo agujero en el que aquéllos nos han metido. Así saldaremos nuestras culpas...

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