Ojo de pez

Pablo Bujalance

pbujalance@malagahoy.es

Cultura y gasto

La cultura necesita en Andalucía una modernización si queremos que lo que se financie llegue a significar algo

De la entrevista que mi compañera Charo Ramos hizo a la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, cabe extraer, de entrada, una buena noticia: tenemos a una consejera con ganas de hacer cosas, lo que no se puede decir que suceda siempre. He aquí que, sin embargo, hacer cosas cuesta dinero, y de hecho la principal preocupación de Del Pozo parece ser la búsqueda de financiación: está dispuesta la consejera a pelearse con Hacienda, mejorar el régimen de subvenciones e impulsar la prometida y defenestrada Ley de Mecenazgo para que la industria cultural funcione, pero, más aún, promete aprovechar el tiempo. Que la Junta no haya presentado en cinco años un solo proyecto al 1,5% cultural del Estado clama al cielo, lo mismo que se haya quedado sin ejecutar el 60% de los 79 millones de euros consignados desde las distintas consejerías al 1% cultural desde 2006. Tales desastres no explican por sí solos, ni mucho menos, el agujero que es la política cultural en Andalucía, pero sí revelan una dejadez cuyas consecuencias reales son seguramente más terribles. Por otra parte, habrá que ver si la agilidad de los trámites basta para dotar de recursos a las instituciones culturales una vez que el Gobierno andaluz aplique su anunciada política fiscal, más relajada en el afán recaudatorio. Lo del mecenazgo, ay, queda aún muy lejos.

En todo caso, la negociación presupuestaria, por mucho que Cultura cuente con un negociador de la tenacidad de Fernando Francés (cuya experiencia en la gestión pública a través de la empresa privada cristalizará seguro en las posibilidades con las espera poder jugar la consejera en lo que a financiación de actividades se refiere), se presenta como una cuestión peliaguada ahora que una nueva recesión empieza a enseñar la patita. De todas formas, los empeños para la dotación de recursos son loables, pero echo de menos un discurso más claro en cuanto a intenciones. Cuando, para justificar el cese de Juan José Téllez, Del Pozo afirma que lo importante no son las personas, sino los proyectos, estaría bien que aclarase de qué proyectos se trata. La cultura necesita en Andalucía un proceso de modernización radical, de creación de tejido y de sacudida de caspa, si realmente queremos que las actividades que financiemos los andaluces lleguen a significar algo. Soy el primero en aplaudir la protección y restauración del patrimonio religioso, pero siempre que vaya de la mano de una política que entienda la cultura como urgencia contemporánea.

Para poner al día la cultura no basta con poner al día la administración. La clave es el criterio. Y no vale apostar sin arriesgarse.

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