Pensándolo MEJOR

Miguel Hagerty

Curarse en salud

PARECE que la crisis ha puesto de moda aquella actividad tan querida por los pusilánimes profesionales: "curarse en salud". Sin embargo, es un curarse en salud que desafía aún más las leyes de relatividad de Einstein que los malabarismos gramaticales de Magdalena Álvarez. Toda figura pública que se precie no pierde oportunidad de lanzar una especie de "ya te lo advertí" antes de que lo advertido suceda. Es muy extraño y ni los informantes de Esperanza Aguirre son capaces de "predecir la predicción".

Claro, para curarse en salud los mejores, con gran diferencia son los curas, valga la redundancia. El Monseñor Cañizares, que nunca defrauda, ha dicho últimamente (entre otras lindezas): "sin la Iglesia, no somos nada". Él no, evidentemente, pero es algo atrevido llamar nada a la filosofía griega que existía perfectamente sin la Iglesia. No estaría de acuerdo con nuestro purpurado ni Tomás de Aquino, que tanto debía a Aristóteles (a través de Averroes). Pero, en fin, doctores tiene la Iglesia (según ellos).

Más cerca de casa hemos vista una gran cura en salud en el Fitur donde se ha promocionado a lo bajini el Milenario. Bueno "a lo bajini" es, tal vez, decir mucho porque como admite el mismo David Aguilar, máximo responsable de la cosa, el Milenario no tiene aún contenidos pero merece ser promocionado (sic). Así me gusta; optimismo al frente. Es como el que está preparando oposiciones pero no sabe -ni le importa- a qué. Lo mismo tiene con tal de estar en nómina.

También se ve esta tendencia de curarse en salud a lo celtibérico en la fervorosa actividad articulista que se nota últimamente sobre el asunto de Bolonia y el Espacio Europeo de Educación Superior. Esta actividad tenía que haberse realizado hace años cuando se estaba negociando el asunto con los demás políticos especialistas (!) en educación universitaria, pero se ha hecho como los planes de estudio de antes: aprobarse en agosto y a tragar en septiembre. No importa, todo saldrá bien.

Pero todo esto no es más que una añagaza a ver si picamos y nos olvidamos del lío en que nos han metido los defensores a ultranza del libre mercado, enemigos de los servicios públicos y amigos de la privatización de empresas públicas.

Afortunadamente, la cosa pública sigue funcionando en muchos sectores, entre ellos el sanitario, pese a los deseos de 007 Aguirre. No descanso de decirlo pero nuestro sistema de salud pública en Andalucía es la envidia del mundo. Menos mal. Con la que está cayendo va a haber más de un caso de taquicardia. No se preocupen. Acudan a Urgencias del SAS y verán lo bien atendidos que estarán.

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