Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Dale limosna

Los habitantes de Granada hemos demostrado estar muy ciegos y consentir para nuestra tierra limosnas autonómicas

Debe haber pocos granadinos que no conozcan la famosa frase de Francisco de Icaza "Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada", pero más de 100 años después de que el poeta, historiador y diplomático mejicano la escribiera, los habitantes de Granada hemos demostrado estar muy ciegos y consentir para nuestra tierra humillantes limosnas autonómicas y estatales.

Ciegos por no ver o consentir el enorme número de atentados y pelotazos urbanísticos contra nuestra ciudad y su patrimonio, que la han convertido en una ciudad poco agradable para la vista y su habitabilidad, siendo ello extensible a muchos otros municipios de Granada.

Ciegos por creernos los cantos de sirena de los políticos electos por nuestra tierra, que nos han prometido todo y nunca o casi nunca han cumplido sus promesas para con Granada y los granadinos.

Ciegos por no advertir que esta Granada postergada y ninguneada desde hace décadas es el desgraciado producto de esos gobernantes funestos que han pasado por nuestra tierra y que sólo han construido su futuro mientras destruían el de Granada y los granadinos.

Ciegos porque no hemos actuado para que dicho establishment político, que nada aporta al futuro de nuestra tierra -y sí mucho al suyo propio-, no desaparezca definitivamente de la gestión de nuestros intereses.

Ciegos por ser pasivos ante tantos agravios a nuestra tierra.

Por ello hemos permitido limosnas de la Junta andaluza, que nos asigna las migajas de su presupuesto, tras adjudicárselo casi al completo a Sevilla y Málaga. Migajas para infraestructuras, cultura, museos… Incluso ha dispuesto de los ahorros de la Alhambra y la UGR.

También hemos permitido limosnas del Estado, hemos consentido que el AVE llegue a Granada 27 años después que a Sevilla, 20 años después de su anuncio, tras una década de obras y tras cuatro años con la conexión ferroviaria interrumpida o intermitente.

No nos deis pues limosnas, no. Son limosnas envenenadas. No nos deis nada. No queremos más que nos deis lo que nadie quiere.

Queremos que se nos dé lo que dignamente nos corresponde como territorio histórico de España.

Si queréis ser generosos, danos la libertad, la gestión autónoma de nuestros propios intereses, para que Granada tenga voz propia, una voz que se oiga en España y Andalucía, y que sume la de todos los que luchamos por el futuro autónomo de nuestra tierra. Es la voz del Granadexit, la voz de nuestro futuro.

No queremos limosnas, solo queremos aquello a lo que legítimamente tenemos derecho.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios