Crónica Personal

¿Debate social?

Si la ministra de Igualdad cree que existe ese debate social sobre la Monarquía es que no forma parte de este mundo

La ministra portavoz y la ministra de Igualdad se han enzarzado al contraponer diferentes posiciones respecto a la Monarquía, todo ello ante los periodistas que cubrían la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Irene Montero, con el irritante tono de imposición que la caracteriza, dijo que el Gobierno debería ser más sensible al debate social sobre la Monarquía que existe en estos momentos.

¿Debate social? Si la ministra de Igualdad cree que existe ese debate social es que no forma parte de este mundo. A la inmensa mayoría de los españoles, más allá de que les guste o no la Monarquía, el debate que les quita el sueño, porque les va la vida en ello, es el relacionado con las medidas del Gobierno para salir del agujero sanitario en el que se encuentran y sus catastróficas consecuencias económicas. Les preocupa que no tienen manera de llegar a fin de mes, que se les acaba el ERTE en enero, que sus negocios tienen que echar el cierre, que no saben si cobraran una pensión en el futuro, que no saben cómo se las van a arreglar si sus hijos no pueden acudir a clase porque no tienen de quién echar mano para que les atienda en casa, y si serán uno de los afortunados a los que conceden el ingreso mínimo vital, porque han enviado todos los papeles y todavía no tienen respuesta.

La ministra portavoz, María Jesús Montero, ha estado a la altura recordando a su compañera que el Gobierno defiende la Constitución "de la A a la Z" y por tanto apoya la monarquía parlamentaria. Irene Montero, en su ignorancia, su soberbia y su conocida inconsistencia, se mantuvo en sus trece y advirtió incluso de que ve posible "un horizonte republicano", lo que obligó a la portavoz a tomar de nuevo la palabra para insistir en que la político del Gobierno la marca el presidente, que defiende la Constitución y la Monarquía.

Podemos no pierde oportunidad de marcar terreno, pero Iglesias lo suele hacer con cierto tiento, midiendo sus palabras para no romper la cuerda. Su mujer en cambio no tiene sentido de la medida, ni sabe la diferencia entre ser dirigente de un partido de oposición o ser miembro del Gobierno; por no saber, ni siquiera sabe qué es una monarquía parlamentaria, ni tampoco tiene respuesta cuando se le argumenta que los países europeos con monarquía parlamentaria son ejemplo de democracia, de igualdad y de modernidad. Se mueve bien en el terreno de la demagogia y de las verdades tergiversadas para convertirlas en falsedades, y mal cuando se ve obligada a enfrentarse a la realidad, a los hechos.

¿Qué hay un debate social sobre la Monarquía? Ya tendría que estar a la tarea de averiguar cuál es el auténtico debate social que se vive en España….

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