La bitácora

Félix De Moya

Democracia y gansos

CON ese título cualquiera puede pensar que hoy la cosa va de espías, tramas, cacerías o crisis, que son los temas de moda. Pero no, hoy, a pesar de tantas situaciones que asaltan los medios cada día, en las que se ponen de manifiesto las debilidades de la democracia, quiero detenerme en un hecho revelador de cómo la opinión pública y los medios pueden mejorarnos a todos. Vaya por las muchas otras veces en que sucede lo contrario.

Esta semana hemos sabido que las plumas de muchos edredones y almohadas que se venden en Ikea y otras tiendas del ramo proceden de gansos a los que se las arrancan en vida. Suministradores de este producto de Hungría, China y Polonia extraían de esta forma las plumas para edredones y almohadas vendidas en Europa por diferentes distribuidores, entre otros Ikea. La noticia se ha conocido a través de un medio de comunicación sueco que ha rodado con cámara oculta en una de esas granjas el proceso de desplumado a pelo de los pobres ánsares. Aunque el hecho no es único, pues son de sobra conocidos casos de maltrato animal con fines lucrativos, las opiniones públicas de Suecia y otros países europeos han repudiado de forma inmediata estas prácticas ante la visión de las imágenes, de calidad deplorable por cierto, obtenidas con la cámara oculta.

A partir de esta reacción inicial de repulsa se han desencadenado otras por parte de los representantes de la empresa Ikea que, primero decide romper toda relación con aquellos de sus proveedores que realizan este tipo de prácticas, después procede a la devolución del dinero de todos aquellos que compraron productos con plumas de ganso sin saberlo, y para terminar decide montar un sistema de trazabilidad de proveedores para conocer la procedencia de cada uno de los materiales que integran los productos que sacan al mercado. Todo un ejemplo de respuesta del que deberían tomar nota los políticos de los alrededores. No sé si esta celeridad es la consecuencia de la presión ambiental o de auténtica sensibilidad. En todo caso, no estamos precisamente acostumbrados a ver cómo nuestros políticos reaccionan con la misma prontitud. Sólo cuando hay un juez de por medio las reacciones resultan ágiles. Entonces todo se convierte en urgente.

Los pobres gansos han tenido suerte en esta ocasión. La opinión pública los ha salvado. El mismo camino debería seguir el tráfico de animales exóticos, la experimentación de laboratorio fuera de control, los afectados por el tráfico de pieles y, de vez en cuando, los humanos a los que la crisis y la desidia dejan en la cuneta.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios