La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Democracias enfermas

Las dos democracias más antiguas y estables del mundo, garantes de las libertades, están enfermas

Se decía que cuando Estados Unidos estornudaba el mundo se resfriaba. Lo mismo podía haberse dicho del Reino Unido antes de que su antigua colonia le arrebatara la hegemonía mundial. Ahora ambas están sacudidas, no por un estornudo, sino por graves enfermedades. Y se diría que la UE no es del todo consciente de las gigantescas fuerzas que están emergiendo en lo que parece el ocaso del imperio americano y la pérdida de los últimos valores que aún conservaba Inglaterra. El poder mundial podrá serle disputado en el futuro a EEUU por China, India o Rusia. Con Brasil, Corea del Sur o Etiopía como potencias emergentes. La UE, enferma de nacionalismos populistas y desafecciones, intenta situarse en este escenario aún no consolidado. Ya se verá que pasa.

Lo seguro es que graves enfermedades afectan a Inglaterra y Estados Unidos, las dos democracias más antiguas y estables del mundo, garantes de las libertades occidentales y, en el caso inglés, único trozo de Europa no sometido en los dos últimos siglos a una dictadura. Que Trump esté en la Casa Blanca y Johnson en Downing Street lo agrava todo. El Brexit, además de ser una amenaza económica para la UE, saca de ella a la nación que en los tiempos más oscuros de Europa fue la única luz democrática encendida mientras Hitler y Stalin devoraban el continente con los apoyos de los dictadores menores fascistas y comunistas. Incluso el Reino Unido corre peligro de disgregarse por las rebeliones de Irlanda del Norte, Escocia y Gales.

En cuanto a Estados Unidos tómense como síntomas de una sociedad enferma las dos matanzas de este fin de semana: 20 víctimas en el tiroteo de El Paso (Texas) y nueve en el de Dayton (Ohio). 29 muertos y medio centenar de heridos en dos acciones terroristas posiblemente inspiradas por el odio racial. En lo que llevamos de 2019 los tiroteos múltiples han causado 250 víctimas mortales en Estados Unidos. Tengo para mí que el derrumbe comenzó con la terrible secuencia que sumó entre 1963 y 1975 los asesinatos de JFK, Luther King y Bob Kennedy, el Watergate y Vietnam. El atentado del 11-S, la Gran Recesión de 2008, las dos guerras del Golfo y las esperanzas defraudadas de la Administración Obama -con sus referencias regeneracionistas a Lincoln, Roosevelt y Kennedy- no hicieron sino ahondar la crisis. El futuro de Occidente parece oscuro.

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