Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Derecha sin complejos

Parece que con Casado en el PP llega una derecha que no va a intentar disfrazarse de centro

La democracia española ha avanzado durante las cuatro últimas décadas con algunas disfunciones que le han dado características muy singulares. Una de las que más ha llamado siempre la atención ha sido el esfuerzo de la derecha por intentar parecer cualquier cosa menos lo que era: la derecha. Así, el Partido Popular, que ha sido durante todo este tiempo la fuerza exclusiva de ese espectro ideológico y que en penetración electoral llegaba hasta las orillas del ultraconservadurismo, se ha empeñado en disfrazarse de centrista e incluso ha hecho guiños continuos a la socialdemocracia. En el origen de este comportamiento ha estado el convencimiento por parte de los dos grandes partidos que consolidaron el sistema democrático de que las elecciones se ganaban en el centro y con pragmatismo, por lo que convenía huir de etiquetas excluyentes.

Pero los tiempos están cambiando. El bipartidismo parece definitivamente roto y lo que empieza a llevarse es la definición ideológica clara. Lo ha hecho Pedro Sánchez por la izquierda. Pero sobre todo lo ha hecho Pablo Casado por la derecha. El PP del recién estrenado líder es de derechas sin complejos. Ése fue por el menos el impulso en el que basó la campaña que le permitió en julio derrotar a Soraya Sáenz de Santamaría y convertirlo en sucesor de Mariano Rajoy. Los primeros pasos que ha dado no han desmentido ese propósito sino todo lo contrario y es de esperar que a partir de septiembre, que se prevé difícil en muchos frentes sobre todo el catalán, esas actitudes se acentúen.

El rearme ideológico de la derecha no es un fenómeno exclusivo español. Se está viendo con mayor o menor intensidad en toda Europa. Italia es, por cercanía cultural, el ejemplo que más nos afecta. Lógicamente Casado no llegará a los extremos de Matteo Salvini o a lo que se está viendo en Austria y en otros países del núcleo duro europeo. Pero todo indica que a partir de ahora en España va a ver una derecha que no se va a esconder tras postulados centristas y cuyas recetas económicas y políticas van a estar claras. Cómo se va a traducir eso en el comportamiento electoral de los españoles es todavía una incógnita como lo es quién se va a quedar con el espacio de centro en el que se sigue situando una amplia capa de las clases medidas españolas. En cualquier caso, la llegada de Casado al PP ha supuesto una clarificación de posturas que posiblemente hacía falta en el confuso panorama español. Veremos si es algo coyuntural o es un cambio profundo en el comportamiento de la derecha española.

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