Desglobalización

La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de prepararse para nuevas oleadas e incluso nuevas pandemias

Al menos hasta la irrupción de la pandemia del Covid-19, el mundo estaba instalado en una dinámica de globalización que ha condicionado las relaciones sociales, las comunicaciones, la disponibilidad de muchos bienes de consumo o la economía.

Una gran parte de los bienes y elementos que forman parte de nuestra vida (teléfono móvil, ropa, calzado, etc.) seguramente han sido diseñados y creados en Europa o Estados Unidos pero fabricados en países asiáticos. Seguramente seguirá siendo así al menos por un tiempo.

Pero comienza a apreciarse una cierta orientación potencial hacía un nuevo orden cuya tendencia apunta a la desglobalización; una dinámica que puede estar condicionada por esta nueva normalidad que se ha generado al tener que convivir con el Covid-19. La pandemia ha puesto de manifiesto, entre otras cosas, la necesidad de prepararse para nuevas oleadas e incluso para nuevas pandemias.

La necesidad de asegurar la disponibilidad y suministro de materiales de protección y equipamientos médicos para eventualidades como la que estamos viviendo, pone de manifiesto que no se puede depender de un mercado que cautive a los países para poder cubrir sus necesidades. Se desarrollan así iniciativas en diversos países para potenciar que la industria nacional pueda ofrecer respuesta a las necesidades.

A esa relativa desglobalización apunta también las estrategias que se desarrollan para reorientar el turismo en la dirección de potenciar el consumo de ofertas nacionales; algo que se percibe no solo en España, sino en países tan relevantes como Alemania, Francia, Reino Unido o Italia, entre otros muchos.

Quizás estemos en el inicio de un nuevo camino que nos pudiera llevar de un extremo a otro como un péndulo sin control y ya se sabe que en el centro está la virtud.

Pero como vivimos en una sociedad en la que el ruido de los asuntos irrelevantes reclama nuestra atención y nos despista de lo importante, nos puede pasar que despertemos un día desglobalizados sin saber ni lo bueno ni lo peor de esa nueva situación.

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