Perdiendo el norte

Desigualdades

Tenemos una tierra maravillosa pero conformista. El granadino prefiere subsistir en vez de arriesgar

Granada vive un momento fundamental: confluyen iniciativas públicas y privadas desde el punto de vista del conocimiento, la ciencia y la técnica, que pueden cambiar la historia. Tenemos una tierra maravillosa, pero siempre hemos sido conformistas. El granadino prefiere subsistir en vez de arriesgar. Pero algo está cambiando y el trabajo de décadas está dando sus frutos.

Eso es cierto. Pero también lo es que el riesgo de pobreza o exclusión social en la provincia está por encima de la media andaluza y roza el 40 por ciento, con 12 municipios con tasas superiores. De ellos, tres están por encima del 50 por ciento. El mapa de la pobreza en nuestra tierra coincide con el mapa de la despoblación, con el mapa de la falta de infraestructuras, con el de la ausencia histórica de inversiones, con el del hastío subvencionado de un tierra aún marcada por el ninguneo de muchos… Son capas de un mismo mapa que se superponen sin que nadie -ni los propios afectados lo hacemos- mueva un ápice para cambiar el estatus quo.

Granada tiene en la mano labrarse un excelente futuro. El acelerador de partículas y todo lo relacionado con el desarrollo de la inteligencia artificial (se consiga o no la sede de la Agencia Nacional de Supervisión de esta tecnología) suponen una gran oportunidad para todos. Pero no podemos olvidarnos de que muchas empresas siguen a día de hoy en la ciudad de Granada sin tener acceso a una red con suficiente ancho de banda.

Aspiramos a lo máximo sin contar con lo mínimo, como una buena cobertura de telefonía y datos móviles, no ya solo en lugares recónditos de la provincia, sino en la propia capital.

Queremos liderar el mundo desde las nuevas tecnologías pero nos hemos olvidado de que una parte de la ciudad sufre cortes de luz a diario. El problema del suministro eléctrico está tan enquistado que tiene difícil solución. Unos y otros culpan un cultivo de drogas que -sin justificarlo en ningún momento- es la única salida -en casos- que el sistema deja para una dura supervivencia.

Si los cortes de luz se produjesen en el centro de Granada, la solución sería inmediata. Pero se producen en La Paz y en otras zonas del distrito Norte. Ayer cumplí 33 años contando cosas de Granada en la radio. Una de las primeras que me ocupó fue el Plan Norte, con sus primeras iniciativas. 33 años después poco se ha avanzado y aquellos problemas de ayer son los problemas de hoy. Bueno, no. En aquel momento, por lo menos, la luz no se iba tanto.

Granada avanza y tenemos la oportunidad de conquistar un futuro de progreso para todos. Para casi todos. No quiero romper la magia de imaginarnos un mañana mejor, pero si no hacemos un HOY mejor para todos, no avanzaremos de forma correcta.

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