Extramuros

José Antonio Montilla

Devuelvan las piezas arqueológicas

EN este final de legislatura autonómica se han aprobado un puñado de leyes importantes. Junto a la ley de educación, la de la ciencia, la de igualdad o la de la administración andaluza, entre otras, se ha aprobado también una nueva ley andaluza de patrimonio histórico. Sustituye a la de 1991 para adaptar sus contenidos a las nuevas necesidades de protección. En ese sentido, hace hincapié en ámbitos aún casi vírgenes como la lucha contra la contaminación visual, que tanto sufrimos en las ciudades monumentales, verbigracia Granada. Pero, específicamente, me ha llamado la atención un mandato normativo singular al que quiero referirme.

Dice la Ley, en una de sus Disposiciones Transitorias, que en el plazo de un año desde su entrada en vigor, las personas que posean objetos integrantes del Patrimonio Arqueológico deberán comunicar su existencia a la Consejería de Cultura. Transcurrido ese plazo, se considerarán bien de dominio público todas las piezas arqueológicas y, por tanto, el particular que las tenga en su poder estará cometiendo un acto ilícito. La excepción es que pueden retenerse las piezas sobre las que se tenga un título de propiedad válido anterior a ¡1985!

Si hacemos un análisis estrictamente jurídico, la norma causa perplejidad. Desde 1985, año en que se aprobó la Ley de Patrimonio Histórico del Estado, todo hallazgo arqueológico en cualquier lugar de España es considerado bien de dominio público. Por tanto, desde entonces, cualquier persona que retenga en su poder una pieza arqueológica está vulnerando la ley. Esto no lo desconoce el legislador andaluz, pues se refiere expresamente a ese año, 1985. Sin embargo, nos anuncia que hace la vista gorda con lo sucedido hasta aquí, siempre que durante el año 2008 se entreguen los objetos hallados por particulares en los últimos veintidós años, anunciando que, transcurrido ese 'plazo de gracia', perseguirá su tenencia.

Corramos un tupido velo sobre la congruencia del precepto y destaquemos la voluntad política que expresa. La Consejería de Cultura debería poner en marcha una amplia campaña informativa para que efectivamente se produzca la devolución de piezas y arbitrar procedimientos para que se haga con las suficientes garantías. Si el proceso de devolución de hallazgos arqueológicos en posesión de particulares tiene un cierto éxito durante el año 2008, en muchos pueblos de Granada se podrían crear museos locales tan interesantes como el de Galera, en los que incluso las personas que han devuelto las piezas tengan un reconocimiento público pues la ley andaluza los rehabilita. Tenemos un año para conseguirlo.

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