El coronavirus ha ido carcomiendo toda la sociedad a lo largo del año (los meses de desescalada solo fueron un espejismo) y por fin le ha llegado el turno al Día de todos los santos. Este año, sin duda, el 1 de noviembre va a ser diferente para muchas familias, no solo para las que van a tener que consultar los protocolos de seguridad antes de ir al cementerio a visitar a sus seres queridos, también para todos aquellos que, por primera vez, van a tener que llorar el recuerdo de un familiar o un amigo que les fue arrebatado por culpa del maldito virus.
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