Tardó el manso pero ya está aquí el nuevo entrenador del Granada CF: Robert Moreno. Una apuesta arriesgada porque va a tener que lidiar con la herencia de Diego Martínez, que tiene más trampas que ríanse de cualquier impuesto sucesorio. Moreno viene de entrenar a la Selección Española y bastante bien, por cierto, pero con una salida polémica por su affaire con el actual técnico, Luis Enrique. Luego no le fue muy allá en el Mónaco y al Granada llega como su primera experiencia en la máxima categoría del fútbol español. La afición ha tenido muchas reservas. Era lógico. Diego ha dejado huérfana a la hinchada, pero Robert Moreno, parece que de entrada, ya ha convencido a buena parte de la grada de que esto es una etapa nueva, donde no se reniega del pasado, y donde el nuevo técnico no rehuye ni la sombra del Diego ni tiene miedo de hablar de Europa. Valor le está echando. Luego hablarán los jugadores y los resultados, pero sea como sea, desde ahora es el entrenador de todos. Lo que está clara es una cosa: es una apuesta de puerta grande o enfermería.

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