Cuchillo sin filo

Francisco Correal

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Diéresis

En los cincuenta años de Anagrama, un autor de Herralde debería escribir la vida del ariete Dani Güiza

Pase lo que pase, hoy se cumple el primer aniversario de la boda de mi sobrino Antonio con Belén. Algún día le podrán contar a su hija, que viene de camino, que en su primer año de casados España pudo tener tres presidentes del Gobierno (como mínimo, dos y medio). La víspera triunfó el Barcelona. Ganó en las elecciones generales, Messi encarna la mayoría absoluta -me llena de morriña que iguale las diez Ligas de Pirri, que le falten dos para alcanzar las doce de Gento-, y ahora va a por las europeas, adalid contra el Brexit de los equipos británicos, y las municipales. La final de la Copa del Rey que le disputará al Valencia en Sevilla la víspera de los comicios locales tiene un punto medieval de duelo entre ciudades, de lanceros y alabarderos.

¿Qué habrán votado en Coripe? No se me ocurre mejor sitio para reflexionar que la hacienda Orihuela de los Álvarez-Colunga en Olvera. Desde allí se divisa el mulhacén coripeño, el peñón de Zaframagón, esa orografía inverosímil a cuya cima se asoma la única colonia europea del buitre leonado. Este pueblo se merece un desagravio o al menos una visita. Eduardo Jordá, que ha escrito libros de viajes a Chile, Irlanda y el Sudeste Asiático, nunca encontró paisaje más insólito que Coripe.

Perder es cuestión de método. Es el título de una novela del colombiano Santiago Gamboa. Ganar es fácil. Lo difícil, lo ha dicho Valverde, es volver a ganar. Los marineros siempre surcaron los oceános con las derrotas, la victoria tiene un punto de vulgaridad. Espero el escrutinio -y de paso el de la quiniela, mi soneto favorito- asombrado ante dos trayectorias superlativas de mundos diferentes, incluso antagónicos.

Anagrama cumple 50 años y su impulsor, Jorge Herralde, publica un libro fascinante, un Ulises sin Joyce titulado Un día en la vida de un editor. Editó a Tabucchi, Richard Ford, Julian Barnes, Bolaño, Chirbes. Medio siglo. El duro deseo de durar, dice con cita de Paul Eluard. Dani Güiza juega en el Sanluqueño. Junto al algabeño Diego Tristán, son los únicos andaluces que tienen el Pichichi que Messi obtendrá por sexta vez, algo que sólo Zarra consiguió. Güiza ganó la Eurocopa de 2008 (entró en la final por el goleador Fernando Torres), ha jugado en Turquía, Malasia y Paraguay. Y ahora remata la faena donde su precursor Magallanes salió en busca del clavo y la pimienta. El único Pichichi con diéresis. Una vida exagerada para un autor de Anagrama.

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