Acta non verba

Curro Ledesma

rfledesma@economistas.org

Doble moral

No le haga a los españoles, lo que no quiere para usted y los suyos

Si levantara la cabeza Cela (con una sola "a"), premio Nobel de Literatura, premio Príncipe de Asturias de las Letras, premio Cervantes y miembro de la Real Academia Española, entre otros, seguro que haría referencia a su novela Historias de España. Los ciegos. Los tontos para explicarle a este Gobierno de pandereta la importancia de nuestra lengua oficial. Don Camilo, antiguo alumno de los Escolapios y de los Maristas, jugó un papel activo en la revisión que se hizo del texto constitucional elaborado en el Congreso de los Diputados. Como senador por designación real en las primeras Cortes Generales, su enmienda fue denominar a la lengua oficial del Estado como "castellano o español".

¿Se imaginan países republicanos, como Francia e Italia, renegando de su lengua oficial? España será el primer y único país del mundo que se cuestiona su lengua común. Eso sí, en los países vecinos no hay ningún complejo por sacar las banderas nacionales a los balcones. Esto sólo pasa aquí.

Y es que la bandera en la que se han envuelto estos señores es la de la doble moral. Es inexplicable que una defensora a ultranza de la enseñanza pública, como es la señora Celaá, estudiase en un colegio católico como el Sagrado Corazón de Bilbao y tolerase que sus hijas estudiaran en Las Irlandesas, un centro concertado y elitista que representa todo aquello contra lo que hoy lucha la ministra de Educación. Señoría, ¡No le haga a los españoles, lo que no quiere para usted y los suyos! Hechos, no palabras.

Pero esta doble moral no sólo la enarbola la bilbaína. Más de la mitad de los veintidós ministros de este Gobierno social comunista además del propio Sánchez, no cursaron sus estudios en centros públicos, pero si en concertados y privados.

¿Doble moral o siguen a pie juntillas los principios del comunismo que comenzó con el catecismo de Engels? Como, por ejemplo, "adoctrinar desde el Estado a todos los niños". Les aconsejo que, por muy dura que sea la lectura, lean dicho manifiesto y podrán comprobar que no difiere mucho de la hoja de ruta marcada por el binomio Sánchez-Iglesias. El siguiente paso será la religión. El comunismo y sus secuaces harán que la religión sea superflua, causando su desaparición por inanición.

Esto es más profundo de lo que parece. No se trata de ocupar sillones o aferrarse a un cargo. Ya lo dijo Julio César: Divide et vinces. Ya han empezado por volver a dividir a España y a los españoles. Una estrategia política bien diseñada para iniciar su revolución.

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