palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Duran

NADA más grato, exultante y nutritivo en un día como hoy que escribir un artículo contra Duran Lleida. Tirar contra el enemigo común, contra el demonio incontestable de todos los andaluces, despotricar, en fin, contra un sujeto tan vil que es capaz de reunir en un solo clamor a todos los villanos del condado es una de esas faenas que se presentan muy de vez en cuando y que el columnista, si no es tonto, debe aprovechar para enaltecer su ego y quedar como dios delante de Lucifer y de los querubines. Si además el articulista cumple con rigor su encomienda e inventa retruécanos inéditos y utiliza adjetivos nunca vistos para mancillar a Duran, Le diable tendrá la gloria ganada y, al menos ese día, no recibirá cartas de lectores enfadados ni sufrirá comentarios descarnados o insultantes en la edición digital del diario que le paga. Como un servidor no quiere pasar por tonto ni desaprovechar una oportunidad tan fantástica me uniré al coro contra Duran e incluso le dedicaré, con permiso del respetable, unos insultos finos: "Me encochino en su gran pública. ¡Filio de la porqueriza venteado!". Hala.

Pero cumplido el trámite es menester seguir porque, si soy sincero, en la coral contra Duran hay cosas que no entiendo. Los políticos andaluces de un signo y otro lo han acusado de no tener ni idea de Andalucía, de elitista, clasista y xenófobo, de despreciar a los andaluces por cuestionar el subsidio agrícola y de llamar vagos y borrachos a los perceptores. No es la primera vez que Duran Lleida utiliza ese argumento semejante. En mayo de 2010 cuestionó el PER y se repetió la misma marimorena.

¿Por qué el dirigente de CiU tiene ese empeño contra el subsidio y los andaluces? ¿Por ser de derechas o por ser nacionalista? Veamos. El discurso contra el PER, que está en el fondo de las invectivas de Duran, no es estrictamente de CiU sino de la derecha. El partido de Javier Arenas ha hecho durante años del "voto cautivo" y de la "Andalucía subsidiada" un argumento mortífero contra el PSOE. Es cierto que no ha dicho que los perceptores fueran unos gandules de taberna pero tampoco es mala cosa convertirlos en esclavos felices del poder. Tampoco se quedó corta Esperanza Aguirre cuando en la primavera de 2010 dijo: "Se han ido a Sevilla, han hecho un congreso y han hecho lo único que creen que debe hacer un Gobierno: utilizar el dinero de los contribuyentes para dar pitas, pitas, pitas. Esto la gente del campo sabe a lo que me refiero". Es decir, llamó gallinas a los perceptores. Entonces ¿cuál es la sutil diferencia entre Aguirre y Duran? ¡Que éste último es catalán! ¡Y despreciar como catalán a los andaluces es una bellaquería irresponsable. ¡Hasta ahí podríamos llegar! ¿O me equivoco?

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