Era mayo de 1972, hacía mucho calor, lo recuerdo. Imagino que desde el fondo de la cárcel del viejo Los Cármenes se vería una Sierra perdiendo su manto blanco. El Granada cerraba su mejor temporada en primera con un partido en casa frente a un Córdoba ya descendido. Se ganó 1 a 0. Se daba la victoria por conseguida, aunque parece que no fue fácil; pero mis recuerdos están en que los aficionados miraban de continúo el marcador simultaneo. Aquel artilugio que, en la esquina del fondo sur y junto a la preferencia, informaba de los resultados de los otros campos. Explicar que era eso del "marcador simultaneo" a las nuevas generaciones puede dar para una tesis. Los que lo recuerden, lo sabrán. Estábamos pendientes de que el Sabadell, también descendido, le pudiera ganar a la UD Las Palmas. No fue así, y los canarios acabaron quintos y jugaron la UEFA. En 1974, volvimos a quedar sextos pero ese año solo jugó la UEFA hasta el cuarto clasificado.

El 29 de octubre de 2019 escribía un Cajón de sastre que titulaba Ilusión C.F. Aquel chaval que preguntaba a su padre si el Granada era un equipo de Champions, pues éramos líderes virtuales, sabe ahora que sí, que el Granada está en Europa y que por primera vez en su historia estará en competición europea. Se nos escapó el sexto puesto por un gol de diferencia con la Real, aunque cierto es que al Getafe todo le salió mal.

Los destinos de este juego son tan gloriosos como crueles. He visto perder un ascenso por un autogol en un descuento y tantas otras amarguras propias de equipos humildes, de tantos clubs que mal gestionados se quedan arropados tan solo por los más fieles. Es la gloria efímera y la eterna lucha de tantos equipos y de nuestro Granada CF.

La gloria de esta temporada, y de estar en Europa, es saber que muchos menores y jóvenes van a soñar con el equipo de su ciudad. Y que cuando vengan duras lo defenderán. Ya no tenemos que recordar en blanco y negro, ya podemos soñar en color. Lástima que tengamos que hacerlo sin ir al estadio, sin poder abrazarnos con el compañero de asiento.

Me lo dijo mi padre en una ocasión que el equipo iba último clasificado: "ya subirá, ya subirá". Estamos en Europa. Disfrutemos y alegrémonos con la ilusión generada entre los más jóvenes. Ellos no podrán olvidar ese 19 de julio en que "el Graná", nuestro equipo, hizo historia y estará en sus vidas para siempre. Vale.