La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Educación arrojadiza

Proponen leyes para el pueblo que los mismos gobernantes ridiculizan cuando de sus hijos se trata

Se mantiene la tradición española: nuevo gobierno, nueva ley de Educación. Por séptima vez, no se sabe si buscando el camino de la buena Educación o haciendo de ella un instrumento arrojadizo con la que hacer punibles a Gobiernos de otro tipo.

Al anunciar nueva ley, el Gobierno pretende marcar distancias con el anterior partido gobernante y plantar semillas de sus principios ideológicos más que hacer de lo importante lo principal. Expertos opinan que Sánchez copia la LOE para no faltar a su fama de plagiario. Que quien hoy gobierna no pierda ocasión de camuflar verdades inapelables con reproches lamentables.

La experiencia demuestra que una ley de Educación en España dura lo que dure gobernando la opción política que la promueva y apruebe. Especialmente cuando quien gobierna necesita votos territoriales de independentismos desleales. Del consenso para su redacción y aprobación no podemos sino lamentar su olvido. Se demuestra imposible hacer una ley de Educación con amplio consenso y un estatal afán de durabilidad, con la que corregir defectos conocidos, garantizar derechos y corregir vergonzantes realidades.

En España el interés pequeño de la política se antepone siempre al supremo interés de la Educación. Habría que pedir al Informe Pisa que deje en unos años de avergonzar nuestro sistema. Que nos olviden hasta que se organicen los legisladores y aclaren un proyecto legislativo educativo de ámbito estatal, con ánimo de perseverancia. Aunque bien pensado, mejor no, que no dejen los datos de sonrojar a los legisladores patrios, los mismos que no logran para la Educación una ley aceptable para la gran mayoría. A ver si así...

La Educación como objetivo de la batalla electoral. He ahí la discutible cuestión de su intención. Es de suponer que ese arma llamada Educación, que apellidan insistentemente pública sólo para estigmatizar a la privada y a la concertada, les rentabiliza mucho en urnas, razón egoísta para no faltar a esa tradición de las izquierdas en reformar la legislación educativa con cada nuevo gobierno.

Como si la educación privada y la concertada tuvieran la culpa de lo que las izquierdas les culpan. Y, mientras tanto, el derecho a la libre elección de centro solapado por su enésima y demagógica vinculación al dogmatismo derechista. Ni que lo garantice el artículo 27 de la Constitución les vale. Proponen leyes para el pueblo que los mismos gobernantes ridiculizan cuando de sus hijos se trata. Así de hipócritas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios