Elecciones en Madrid

Si Isabel Ayuso pierde, habrá quien culpe a Casado; si por el contrario gana, el mérito se atribuirá a ella

La convocatoria de elecciones en Madrid, tras la decisión de Ayuso de disolver la Asamblea y llamar a las urnas, van a protagonizar la vida política de las próximas semanas. Siempre que la ciudadanía expresa sus preferencias políticas en las urnas no cabe otra cosa que acatar su veredicto.

Habrá que estar atentos a las consecuencias y resultados de estas elecciones si finalmente se celebran (como yo creo que sucederá), porque es evidente que la trascendencia que van a tener en la agenda política española es de enorme importancia.

La campaña se presenta compleja y seguramente tensa dados los antecedentes y los planteamientos que Ayuso viene haciendo en relación a las cuestiones más relevantes de la política española. Desde mi punto de vista, la estrategia de Ayuso condiciona en primer lugar el futuro político de Pablo Casado. Si Ayuso pierde las elecciones, habrá quien culpe a Casado. Si, por el contrario las gana, el mérito se atribuirá a ella y cabe la posibilidad de que se fortalezca la idea de que la línea dura que ella representa es más eficaz electoralmente, que el titubeo constante de Casado.

En lo referente a Madrid, la convocatoria precipitada de las elecciones suspende la normalidad con la que se debería continuar gestionando la lucha frente a la pandemia desde la perspectiva de la salud pública y, también, en lo referente a la aplicación de medidas económicas y sociales que afronten el daño de la pandemia en la economía entre los autónomos o las pequeñas y medianas empresas.

Vamos a asistir a una campaña intensa, dura y difícil. El peso relativo de las posiciones políticas de la extrema derecha en la vida política de Madrid puede verse incrementado. Procede, por tanto, una acción y una campaña por parte de los partidos de la izquierda que haga posible poner en valor la importancia de un modelo de sociedad inclusiva y con preponderancia de las políticas públicas basadas en los derechos y los valores democráticos que han permitido buena parte de los avances políticos, sociales y de bienestar social a los que hemos asistido en España en todos estos años de democracia.

En cualquier caso, cabe reclamar una campaña en la que impere el debate sereno y respetuoso entre los diferentes candidatos y partidos políticos. Ojalá fuera así.

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