Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Elecciones

Hay absoluta coincidencia en que el mayor fracaso es el de Podemos, personalizado en su líder Pablo Iglesias

Le supongo cansado, si no harto, de leer comentarios sobre las elecciones que se celebraron el pasado domingo, pero para los que no pudimos votar hasta años después de ser mayores de edad no nos cansan las votaciones reiteradas.

Los comentarios a los resultados de las últimas votaciones tienen, en mi opinión, una característica insólita: la coincidencia de las opiniones. Coincidencia en que el PSOE de Sánchez prolonga su éxito de las elecciones generales, fundamentalmente en las europeas en las que casi dobla los votos del segundo partido, el PP. Coincidencia también en que el PP de Casado enmienda en algo sus desastrosos resultados de las generales, aunque aún necesita que se consigan los acuerdos para que sus candidatos sean votados para la Alcaldía y la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Con pactos podría obtener la Alcaldía de cinco de las ocho provincias andaluzas y 23 capitales de provincia. En cuanto a Cs, aumenta también los votos obtenidos respecto a anteriores elecciones. Sin embargo, al proclamarse sin necesidad Rivera líder de la oposición, sin haber superado en votos al PP, hace que lo que se destaca es que su objetivo no lo ha cumplido. También hay absoluta coincidencia en que el mayor fracaso es el de Podemos, personalizado en su líder Pablo Iglesias, que pierde más de 800.000 votos. Se apunta el éxito de Cádiz, donde Kichi continuará como alcalde, aunque es sabido que ni el mentado ni su pareja, Teresa Rodríguez, se sienten muy cercanos a Podemos.

En manos de Cs está ahora la decisión de a quién apoyará para formar mayorías. Ha constituido un comité para decidir sus pactos, lugar por lugar o partido a partido, como ahora se dice. Será más difícil que lo que fue en Andalucía, porque Vox, cuyos votos son indispensables para lograr mayorías, no quiere, como en aquella ocasión, dar sus votos gratis y no entrar en el Gobierno. Vox quiere sentarse a negociar y tener una representación proporcional a su resultado. Los escrúpulos de Cs, alimentados ahora por Valls, al que nadie le ha dado vela en este entierro, son innecesarios ya que si pudo presentarse, ser votado, por qué no puede pactarse con él. La "extrema", sea derecha o izquierda, no tiene definición oficial. Hay que preguntarse por qué a Podemos, que apoya a los independentistas catalanes en su pretensión de un referéndum de autodeterminación, no se le veta para acuerdos con otros partidos.

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