Perdiendo el norte

Errores de cálculo

Me gusta la Europa que respondió a la pandemia y la que está respondiendo de igual forma ante el desafío del nuevo Hitler

Todos nos equivocamos. Incluso hasta el presidente provincial del PP de Granada cuando apoyó (cara a cara) a Pablo Casado horas antes de que su propio partido le dejase (le obligase a) caer.

Todos nos equivocamos. Incluso Casado, cuando tras la fallida moción de censura de Vox y su discurso durísimo contra esa formación, siguió haciendo como si nada hubiese pasado y siguió apoyándose en los mismos para seguir en las mismas poltronas.

Todos cometemos errores de cálculo, como Casado cuando diseñó el calendario electoral del 2022 en virtud de los intereses de su partido, y no de la ciudadanía, y terminó tirando todo por la borda, obligando a su gente en Andalucía a recalcular la operación -en virtud de los intereses de su partido, y no de la ciudadanía-, y reforzando de nuevo al partido que, si el PP mismo no lo remedia, se lo comerá con patatas.

Todos nos equivocamos, como Moreno Bonilla cuando -desde hace tres años- pone cada día una vela a la moderación y al buen gobierno (ejemplo: toda la actuación de ofrecimiento de ayuda al pueblo ucranio) y otra a quien ya sabemos. Ya lo dijo un tal Jesús: no se puede servir a dos señores. Si haces eso, como hace Juanma como modus operandi habitual, uno se mosqueará y otro te comerá.

El que no erró fue el servicio de espionaje (o de lo que sea) de los Estados Unidos de América del Norte, que avisó con precisión del ataque de Rusia a Ucrania. De todo el horror que estamos conociendo y viviendo en directo me quedo con la respuesta unánime y solidaria del pueblo de Granada: ¡siempre responde Granada! Por cierto, me gusta la Europa que respondió a la pandemia unida y me gusta la Europa que está respondiendo de igual forma ante el desafío del nuevo Hitler.

Por cierto, ante retos de este tamaño, ¿qué piensan los que no quieren ni siquiera enviar armas al pueblo ucranio? "Nooo, es que yo soy pacifista": pues díselo a la cara a la madre que contaba en la SER este viernes que estaba atrapada en Kiev en su casa con dos niños y no tenía garantizado ni llegar a una estación cercana para salir del país. Ah, no se lo puedes decir, porque desde tu nueva posición en la casta no accedes a esas cosas tan humanas.

Yo también soy pacifista y no-a-la-guerra, pero ¿apostar por la paz, luchar por soluciones dialogadas, construir un mundo mejor, colaborar entre los bloques para evitar desequilibrios futuros y contribuir a un desarrollo justo y equilibrado de todos los pueblos del mundo… te impide defenderte? ¡Venga ya! Cada uno lleva su buenismo hasta donde quiere… Incluso, hasta hacer el ridículo e indirectamente defender al loco asesino que ha empezado todo esto.

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