Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

Escribir

Escribir de manera original o estimulante es cosa de un arte con muchos misterios que solo algunos logran asir

Llevo años escribiendo y siempre surge la pregunta de para qué escribes. No existe una respuesta cerrada: para comunicarte desde dentro; para que te quieran los amigos que decía García Márquez; para que al sacarlo de ti, se renueven las ideas, palabras y sentimientos y, a la larga, estés más fresco y más atento a lo que te sucede a ti y a tu alrededor. Nunca lo tuve absolutamente claro, lo confieso, pues la escritura, especialmente la de ficción que también practico junto con esta en los periódicos, surge de algún lugar irracional que luego tú articulas con todo lo que has leído, oído y aprendido.

Aparte de escribir, desde hace unos veinticinco años, doy clases de escritura creativa, una especialidad antes incomprendida, que con el pasar de los años se ha convertido en profesión reconocida, aunque enseñar lo que se dice enseñar a escribir creativamente es imposible. El talento no se enseña. La técnica y el oficio sí. Pero el talento solo se alienta, se estimula, se crean las condiciones propicias para que se desarrolle, se muestran los puntos fuertes y débiles, se ampara y da cauce. Y además se comparte, pues es en grupo. A escribir viene uno más o menos enseñado, pero hacerlo con creatividad, de manera original, renovada, personal, sugerente o estimulante es cosa de un arte con muchos misterios que solo algunos logran asir.

En todos estos años de escribir y de enseñar a hacerlo creativamente, la soledad inherente al escritor la compensé con la complicidad y el vínculo con los alumnos. Cuando los más avanzados y constantes leen sus textos, realmente sientes que te roza esa felicidad clandestina de la que hablaba Clarice Lispector porque percibes que algo de tu interés y escucha está en ellos.

Ese escribir solitario, inicial con el tiempo, se convirtió en algo grupal y expandido. Y es entonces cuando captas algo más de este misterio que es la escritura. Lo que tú expresaste ha provocado una onda concéntrica que ha reverberado en otros provocando otras ondas que a su vez se expanden. Y le encuentras sentido: esa voz que un día se atrevió a decir en primera por vez primera y primera persona se ha convertido como por arte de magia en muchas voces, en clamor diverso, en canto compartido, libre y puede que hasta feliz en su belleza cincelada como espejo de tinta en el que ya también y al fin tú también te miras.

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