Escupidos

Si seguimos negando los hechos, aquellos que escupen tomarán cada vez más ánimos

La fenomenal bronca acaecida la pasada semana en el Congreso con el acto final del presunto escupitajo a Borrell por un diputado de ERC no es la primera, ni será la última, por mucho que la presidenta Pastor llame al orden al rebaño de diputados, con perdón hacia los rebaños de otros seres vivos. Disculpen que utilice ese chiste fácil. Podría decir que Pastor llamó al orden al travieso niño de ERC, cuyo nombre no cito para no manchar de serrín y estiércol estas páginas, pero me abstengo de tal comparación por si Ana Pastor entendiera que escribo un comentario machista.

Vean ustedes lo fácil que nos lo ponen nuestros políticos para que nos preguntemos una y otra vez si sirven para resolver problemas o si más bien ellos, al menos una parte y en todas partes, son el problema.

Me resulta penoso ver como políticos que aún mantiene cierto nivel, tales como el Sr. Borrell y la Sra. Pastor, se dejan arrastrar al fango por aquellos que nos llevan escupiendo muchos años, y no me refiero al presunto escupitinajo en sede parlamentaria; eso sería un mero gesto de mala educación.

Nos han escupido cada vez que han sacado tajada de gobiernos sin mayoría pidiendo más inversiones para su comunidad para luego rebañar el porcentaje que les venía en gana. Nos han escupido cada vez que se han jactado de "lo trabajadores" que eran en su tierra y no como en otras. Nos están escupiendo continuamente diciendo que somos una dictadura que no tiene leyes justas. Nos están escupiendo al no tener el más mínimo respeto a las mismas leyes que les permiten escupirnos, puesto que solo ellos pueden escupir, por supuesto. La más mínima advertencia de que está feo eso de escupir resulta ser persecución, acoso, represión y fascismo.

Lo triste de la bronca del salivazo (hubiera o no lo hubiera) es que a la Sra. Presidenta se le ocurra decir que las palabras "golpista" y "fascista" no pueden aparecer en el diario de sesiones de las Cortes. Si seguimos negando los hechos, como el tancredo de Mariano, aquellos que escupen tomarán cada vez más ánimos. Los que escupen, queman y pitan a cualquier cosa que parezca española solo quieren un silencio neutral, como le reclaman a Felipe VI, para seguir cobrando de los impuestos de todos los españoles. Puede que nos escupan pero al menos no podemos mantenernos callados. Vale.

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