La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

España: disparate, más que laberinto

Se parece al disparatado Balnibarbi de Gulliver que ablandaba el mármol para hacer almohadas

Aclaración: si fuera francés estaría tan a gusto con la República, si fuera inglés con la monarquía y como soy español, y nos ha ido bien en estos 40 años, lo estoy con la monarquía parlamentaria. En esto no tengo más convicciones que el pragmático Larry David de la película de Woody Allen: si la cosa funciona… Y ahora, al lío. Desde Podemos se ha escrito: "Cualquier persona que volviera a nuestro país con el historial del rey Juan Carlos I sería detenido nada más cruzar la frontera y llevado ante la Justicia. La Justicia no es igual para todos. La monarquía es una institución diseñada para delinquir". Muy constitucional. Tranquiliza saber que están en el Gobierno. También desde Podemos, Lilith Verstrynge ha escrito: "El problema no es el Rey, es la estructura monárquica". El problema, entonces, es el punto 3 del artículo 1 del título preliminar de la Constitución: "La forma política de Estado Español es la Monarquía parlamentaria". Para no quedarse atrás Echenique aportó que "aunque no haya un reproche judicial, nosotros entendemos que sí hay un reproche social que va en aumento y que acerca la República en España". Las ansías republicanas le hacen olvidar que en el barómetro de mayo del CIS, hecho público el día de la llegada de Juan Carlos I, la monarquía representa un problema para el 0,2 de los españoles mientras para el 39% lo es la economía, para el 36,4% el paro y para el 12% -mira por dónde- los políticos, los partidos y el Gobierno.

Rufían, a quien deberían regalarle una versión portátil del manchado mostrador de doña Concha para que aún fueran más tabernarias sus intervenciones, bromea diciendo que Juan Carlos I "se parece a Pablo Escobar bajando en un jet privado". Como a Podemos, le estorba el punto 3 del artículo 1 del título preliminar de la Constitución y aún más el artículo que establece la "indisoluble unidad de la Nación española". Tampoco a Aragonès le hace mucho fu la Constitución y por ello le indigna que Juan Carlos I regrese a España mientras Puigdemont y otros políticos catalanes "sufren exilio contra su voluntad". Olvida que el Rey impidió un golpe de estado y los otros lo intentaron. Este país nuestro se parece cada vez más al disparatado Balnibarbi de Gulliver empeñado en ablandar el mármol para hacer almohadas y crear tejidos resistentes con las telas de araña. Más que el laberinto de Brenan, España es un disparate.

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