España, el 'pagafantas' de Ferrovial

Al poco tiempo la chica me dejó por otro: me hizo un 'ferrovial' en toda regla

El otro día, al oír por la televisión que Ferrovial le había puesto los cuernos a España y que se había ido a vivir a otro país europeo, me acordé de una historia que tuve con una chica cuando yo era muy joven y no sabía aún por donde tiraría mi destino.

La chica era ambiciosa y tenía perspectivas de futuro. Era tan inteligente que dejaba siempre que yo pagara: en el bar, en el cine, en la piscina... Yo no es que tuviera muy boyante en aquellos años, pero de vez en cuando juntaba dinero trabajando como camarero, albañil o de lo que se terciara. Ese dinero es el que compartía con aquella novieta cada día que salíamos juntos.

También, de vez en cuando, me pedía cien pesetas prestadas. Yo se las daba sabiendo que jamás me las iba a devolver. Pero todo era por mantener aquella relación. Una vez quiso ir a un restaurante muy caro de Jaén porque ella había oído que aquel era un buen sitio para comer. Estuve ahorrando un montón de tiempo para cumplir los deseos de la susodicha. Cuando fuimos y vi con que entusiasmo miraba la carta, se me iba un color de la cara y me venía otro. Pero bueno, al final salí airoso de la prueba. Al poco tiempo la chica me dejó por otro: me hizo un 'ferrovial' en toda regla. Después de todo lo que yo había hecho por ella, fue y depositó su confianza en otro chico, un amigo de la pandilla que presumiblemente la iba a tratar mejor que yo y cuyo padre era mucho más pudiente que el mío. Me dijo que era porque quería cotizar más en la vida y yo no le daba la suficiente seguridad, ni jurídica ni de ninguna clase.

Cuando el amor se fue y vino la realidad, me di cuenta de lo que había pasado: aquella chica que yo quería me había utilizado como 'pagafantas', que es lo que ha hecho Ferrovial con España. De ahí que esa noticia me hiciera recordar ese pasado en el que fui un incauto y un ingenuo.

Por cierto, no hace mucho vi a aquella chica, ya convertida en sexagenaria. Me contó que se había separado hacía tiempo del hombre por el que me cambió. Me dio a entender que quería seguir siendo mi amiga y reiniciar nuestra relación. Pero yo ya no me fio.

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