Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

coleraquiles@gmail.com

España, precuela de Dios

Hay que sumergirse en la noche de los tiempos y rescatar desde los Toros de Guisando hasta la peineta y la mantilla

Hace años oí en una radio de madrugada decir a un historiador que "España fue creada por Dios antes que Adán y Eva". Ya no dormí en toda la noche, henchido de orgullo como español. Y me sucede que, cuando veo a algún patriota como Aznar, preocupado por el ser de España, me inquieto e inmediatamente me sumerjo en la noche de los tiempos y busco y rebusco las huellas, símbolos y monumentos que contribuyeron a forjar nuestra identidad nacional. Y me topo con los Toros de Guisando -para unos, toros; para otros, verracos-, con casi tantos años encima como la Acrópolis. Esculturas con dos oquedades donde deberían estar los cuernos. El que tampoco dispongan de rabo apunta hacia el hecho de que, para entonces, este apéndice ya se empleaba para cocinar el enjundioso rabo de toro nacional, tan celebrado por propios y extraños como la ensaladilla nacional. Nadie obligará a este patriota a llamarla rusa, que no quiero halagar el oído de la horda bolivariana de comunistas y fans de Maduro. Verracos para algunos, como dije, estos toros que en su estructura corporal más recuerdan a los afamados cerdos ibéricos que a los morlacos de plaza y capote. ¡Ay!, ¿por qué dejaríamos que Portugal abandonara en 1640 la patria común? De no haberlo consentido, hoy el cerdo ibérico sería sólo el verraco de España. Salgo de la noche de los tiempos y, por el viejo historiador griego Estrabón, me entero de que "en algunos puntos de Hispania, las mujeres se colocan alrededor del cuello un círculo de hierro, soportando una varilla que concluye por dos más pequeñas en forma de pico de cuervo, las cuales forman un arco sobre su cabeza. Sobre este arco pueden echar un velo que, al extenderse, da sombra a su cara". Lo que me recuerda la imagen de Cospedal y Sáenz de Santamaría, engalanadas con peineta y mantilla, en el Corpus toledano, como mujeres de la prehistoria. Toros, verracos, mantillas, peinetas, banderas son test rápidos de pertenencia a una estirpe aurea y milenaria. Un pedigrí tan lucido no puede, ni debe, ser malbaratado en almoneda vergonzante. Comparto la preocupación de Aznar. Una España desmembrada, con naciones, nacionalidades y autonomías, federadas o independientes, hubiera dificultado las patrióticas apropiaciones de la operación Gürtel en esos territorios y roto, sobre todo, la caja B del partido.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios