Cambia, todo cambia

Especulación con la Alhambra

Cuando para retirar una entrada tienes que identificarte, las posibilidades de reventa son mínimas

El turismo urbano está desbocado y los centros de muchas ciudades están tan saturados de visitantes que la población local es una especie en peligro de extinción. En Venecia ya han sobrepasado todas las líneas rojas y han decidido poner límite al número de visitantes con unos tornos que restringen el acceso a determinadas zonas cuando la afluencia es excesiva.

No son pocas las voces que desde hace años pedimos una ordenación razonable del turismo en Granada que evite la saturación de nuestros barrios históricos antes de tener que tomar medidas drásticas como las de Venecia. A día de hoy los apartamentos turísticos siguen creciendo como la espuma sin que el Ayuntamiento intervenga, y la idea de quienes nos gobiernan sigue siendo atraer turistas a los mismos lugares de siempre, contribuyendo a la degradación de un destino turístico en el que la calidad urbana siempre ha sido un factor fundamental.

Por si fuera poco, cuando alguien toma medidas valientes como la actual dirección de la Alhambra se enfrenta a las protestas de las empresas que quieren seguir viviendo de la especulación turística. Quizás alguna gente estaba contenta con el histórico desmadre de las entradas e incluso había quienes se aprovecharon de unas dudosas contrataciones que siguen bajo sospecha. Donde pudo haber caos y corrupción seguro que era más fácil sacar un beneficio rápido de una demanda turística que no ha parado de crecer desde entonces.

Queda poco para las elecciones y como siempre la Alhambra será uno de los reclamos de quienes sólo la ven como una manera de sacar tajada electoral. De ahí que a la gente no le haya extrañado que el PP de Sebastián Pérez se aliara con quienes pretenden seguir especulando con las entradas de la Alhambra, que se han llegado a vender por más de 100 euros. Eso sí, en numerosas ocasiones el sobreprecio se lo quedaba una empresa online que difícilmente reinvertiría sus pingües beneficios en la ciudad de Granada a la que todos dicen defender…

Que las entradas al monumento Nazarí sean por fin nominales era un imperativo moral. La reventa generalmente es ilegal, pero si además se trata de un patrimonio público tan valioso, no debería haber ninguna duda al respecto. Cuando para retirar una entrada tienes que identificarte, las posibilidades de reventa son mínimas, así que el problema se ha resuelto fácilmente y sin afectar al turismo. Proteger la Alhambra de prácticas poco claras es proteger a nuestra ciudad de quienes pretenden multiplicar sus beneficios a costa de acabar con nuestra particular gallina de los huevos de oro.

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