DE número dos a número tres de Podemos, y finalmente a número cero… Que Monedero tenía que irse tras sus incendiarias reflexiones parecía un hecho… Y el único apoyo que le quedaba en el aparato del partido, su amigo Pablo Iglesias, se derrumbaba…

Monedero estaba cada vez más lejos de las líneas estratégicas marcadas por el ex becario Errejón y Carolina Bescansa, que pretenden reconvertir a sus dirigentes en chicos buenos y cercanos a posiciones más moderadas, huyendo de la izquierda ideológica ortodoxa. Mientras, Juan Carlos se mostraba imprevisible, incontrolable, con frecuentes salidas de tono, siendo además objeto de una cacería mediática justificada por sus chanchullos financieros y sus famosos 425.000 euros del régimen chavista de Venezuela.

Un cóctel explosivo que ha reventado justo a tres semanas de las elecciones municipales y autonómicas, pero ahora Podemos puede que respire… y puede que atraiga a los votantes alejados de su mensaje desde que se desató el escándalo Monedero.

Referente ideológico de la fundación de Podemos, ahora acusa a su ya ex partido de parecerse cada vez más a los partidos de la casta. Y es que, en su último sermón, Monedero ha cargado con acidez contra una formación que ahora prefiere la gloria de un minuto de televisión que una reunión con un modesto círculo.

Conmoción en Podemos, que vive su mayor crisis en apenas 15 meses de vida, reflejada en el propio estado de ánimo de Pablo Iglesias, abatido y cabizbajo ante la dimisión de Monedero, que puede tener consecuencias imprevisibles para un partido estancado y tendente a la baja en intención de voto, que comenzó comulgando con las ideas del 15-M y se dirige imparable hacia la obsesión por el poder.

Que Podemos cambia de ideario cada día desde su fundación es un hecho que le está pasando factura. Reconversión continua desde sus inicios transgresores hasta posiciones acomodaticias de izquierdas, siendo incomprensible que IU consienta ser fagocitada por esta formación, con únicamente la voz discordante de Cayo Lara.

Es cierto que las posiciones más moderadas de Podemos pueden llevarle a mejores resultados electorales que las irreverentes de sus inicios, pero auguro un futuro incierto para esta formación en subsiguientes legislaturas tras la próxima de 2015-2019. Quizás desaparezca, quizás se fusione con la izquierda tradicional que representa la debilitada IU o quizás la termine de engullir…, pero cuando España supere definitivamente esta época de crisis, la ciudadanía dejará de estar quemada y volverá a su templanza tradicional entre posiciones moderadas de izquierdas y de derechas, que seguirán representando PSOE y PP, siempre y cuando erradiquen definitivamente la corrupción de sus filas…