La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Estreñimiento y dictadura

¿Imaginan que un ministro de derechas, preguntado por el franquismo, dijera que no es productivo etiquetar?

Apretadito por Pedro Piqueras con presión de terciopelo para que se pronunciara sobre si Cuba es o no una dictadura, Pedro Sánchez nos iluminó a todos afirmando: "Cuba no es una democracia, no lo es". Qué trabajito les cuesta a los de este nuevo PSOE llamar dictadura a las de izquierdas. A González no le suponía ningún esfuerzo. Recuerden su famosa frase sobre su preferencia por morir apuñalado en el Metro de Nueva York a -circulan varias versiones- morir de aburrimiento en las calles de Moscú o vivir seguro en una dacha a las afueras de Moscú. Opciones extremas, ciertamente. Pero ante la tan debatida alternativa entre libertad (con todos sus riegos) y seguridad (a cambio de la libertad) Felipe González dejó claro que optaba por lo primero. No hace falta que les diga que la realidad histórica demuestra que sólo la democracia garantiza a la vez la libertad y la seguridad, mientras que en las dictaduras -como se decía de la de Franco- la paz es la de los cementerios y la seguridad es la de la Dirección General con siniestra sede en la Puerta del Sol.

El estreñimiento de la izquierda española socialdemócrata para evacuar que Cuba es una dictadura resulta tan desconcertante como lógico que tanto Podemos como IU afirmen que no lo es (a falta de tener el valor de decir que sí lo es, pero que para ellos es una dictadura buena, salvífica, socialismo real que da lecciones a las corruptas democracias burguesas). Tras esa afirmación deslumbrante que nos descubrió a todos que Cuba "no es una democracia, no lo es", Sánchez añadió: "Pero dicho esto, creo que tiene que ser la sociedad cubana la que encuentre ese camino". Con lo que dejaba caer la sombra de la siniestra injerencia extranjera del imperialismo yanqui sobre las protestas que estos días se suceden en Cuba y tan amable y dialogantemente están siendo atendidas por el Gobierno (sombra alargada hasta alcanzar el desastre de bahía Cochinos allá por 1961).

Los ministros padecen el mismo estreñimiento que su presidente. Preguntada por cómo llamaría al régimen cubano, Nadia Calviño dijo en la Ser: "Yo creo que de verdad no es productivo dedicarse a intentar calificar o poner una etiqueta a las cosas, no sólo en este tema. En general, me parece que no aporta valor añadido el estar discutiendo las etiquetas". ¿Imaginan que un presidente o un ministro de derechas, preguntado por el franquismo, dijera lo mismo?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios