El balcón

Ignacio / Martínez

Europa se jubila

HOY se cumplen 65 años del discurso que hizo Robert Schuman en el Salón del Reloj del Quai d'Orsay para proponer la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, la CECA. El 9 de mayo de 1950 se tiene como día fundacional de lo que hoy es la Unión Europea. La intención del ministro de Exteriores de Francia no era crear un mercado común siderúrgico. Hizo su ofrecimiento a Alemania, abierto a otros países, en nombre de la paz mundial: planteaba dedicar al desarrollo económico la principal materia prima para la fabricación de armamento convencional en la época anterior.

Era una doble manera de evitar una nueva guerra, más víctimas y destrucción. El día antes del discurso de Schuman se habían cumplido cinco años del final de la II Guerra Mundial; la guerra que causó mayor número de muertos en menos tiempo a lo largo de la historia. Tony Judt en Postguerra cifra en 36,5 millones los muertos entre 1939 y 1945 sólo en suelo europeo, ¡más de la mitad civiles no combatientes!

La guerra civil entre europeos la ganaron dos potencias extranjeras, Estados Unidos y la URSS y el continente quedó dividido en dos bloques militares bajo el protectorado de americanos y soviéticos. (Un protectorado sigue vigente tras la caída del telón de acero; la defensa europea continua residenciada en la OTAN). Las antiguas potencias imperiales venidas a menos renunciaron a su hegemonía mundial. A la CECA la sucedieron la CEE y la Comunidad Europea, hasta llegar a la actual Unión Europea.

Entre dos familias políticas, demócratacristianos y socialdemócratas consolidaron un modelo de estado del bienestar único en el mundo. La crisis actual ha puesto en entredicho a estas dos grandes fuerzas políticas y se ha llevado por delante parte de los servicios públicos gratuitos y universales que han disfrutado los ciudadanos europeos durante décadas.

Ayer se conoció la victoria de David Cameron en las elecciones británicas. Traerá consecuencias a los demás socios comunitarios; Cameron es el primer dirigente europeo que sobrevive en el poder a una etapa de duros recortes sociales. Su promesa de renegociar su presencia en la UE y convocar un referéndum sobre la continuidad británica en el club europeo pone en precario a la Unión el día que cumple los años de la jubilación. Esperemos que ni los euroescépticos del Reino Unido, ni los antieuropeos que emergen tanto en el campo de la derecha como en el de la izquierda puedan jubilar el sueño de Schuman y su generación: el progreso en paz del viejo continente.

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