YA que por fin el magnate estadounidense Sheldon Adelson ha decidido -no sin la decisiva intervención de Doña Esperanza- que Madrid sea la sede de un proyecto de la envergadura de Eurovegas, conviene desmitificar unos cuantos tópicos acerca de la hipotética fábrica de ludópatas, de prostitución, de dinero negro y de crimen organizado que podría suponer esta ciudad al más puro estilo Las Vegas, tal y como opinan, entre otros, Cayo Lara o los de la plataforma Eurovegas no.

Y es que este futuro lugar de ocio y convenciones, que puede llegar a crear hasta 260.000 puestos de trabajo, con unas inversiones que la propia empresa Las Vegas Sands ha cuantificado en 17.000 millones de euros, está previsto que posea 12 complejos vacacionales -con 3.000 habitaciones hoteleras cada uno, con rascacielos de más de 140 metros de altura por complejo, y con un coste de entre 2.500 y 3.000 millones de $ para cada zona vacacional-, mientras que únicamente contaría con seis casinos, ya que el proyecto -según Ron Reese, director de comunicación de la empresa- está lejos de ser un lugar al que exclusivamente se va a jugar y apostar. Por ello se prevén para Eurovegas varios teatros, lujosos restaurantes, atracciones, salas de convenciones, etc., con la finalidad de atraer a millones de turistas al año, que no sólo aportaran riqueza para Alcorcón, Paracuellos-Torrejón o Valdecarros, sino también para toda la región.

El tópico de la fábrica de ludópatas debe quedar pues desmitificado, ya que el 65% de los ingresos provendrá de actividades y negocios bien distintos al juego, estando previstos museos, restaurantes, centros de congresos y convenciones, que no son precisamente casinos. Y es que el modelo de negocio de Las Vegas Sands para España pretende obtener el 70% de sus ingresos del alquiler de sus espacios comerciales a tiendas y restaurantes y sólo el 30% del juego.

Sobre el tópico del nido de prostitución, dinero negro y crimen organizado, ello va a depender exclusivamente, como en cualquier otro lugar de España, de la legislación nacional y de la efectividad de su aplicación, toda vez que mientras que nuestras leyes sean las más blandas de Europa, los más varipintos delincuentes van a seguir prefiriendo operar en nuestro país, y esto nada tiene que ver con Eurovegas. De hecho, en USA Las Vegas Sands cotiza en Wall Street y muchos inversores institucionales tienen criterios muy estrictos sobre en qué empresas invierten, máxime cuando un escándalo supone la defunción de una empresa en Wall Street. A ello se une el que uno de los enclaves más importantes de esta empresa está en Singapur, país que no se distingue precisamente por su suavidad a la hora de combatir el crimen. Habría que analizar cuál es la reputación criminalística internacional de lugares como Marbella o Ibiza.

Que Eurovegas va a generar riqueza nadie lo duda, por lo que, ante un proyecto de ocio como este que puede acabar con casi la mitad de los desempleados de la Comunidad de Madrid, lo verdaderamente inmoral sería no crear esos puestos de trabajo.