La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Eutanasia

Harían bien los liberales en demostrar sensibilidad con lo que requiere ser sensible y no blandir hipérboles de político mediocre

Acongoja saber que postrado así uno va a estar vivo mientras una máquina lo permita. También debe ser dolorosa esa sensación de pesada carga con la que se quiere etiquetar tu dependencia. Desespera aún más al que lo sufre, cuando por la elongación de tu gran discapacidad alguien va a perder su vida para cuidar de la tuya.

Este mundo está encauzado para hacer de la prisa y el individualismo un concepto de vida. Negar la realidad no es mejor que afrontarla. Ahogar tus proyectos porque otro necesita de ti es probable que no todos lo acepten. De ahí la eutanasia, para dar salida legal a lo que rompe un ciclo vital, no deseado, pero una realidad imposible de amagar.

Debe ser un tormento, llevado en silencio para no despertar la compasión persuasiva, que tu vida se reduzca justo a lo que permitan quienes te ayudan a mantenerla enhiesta, sin más mirada que esa fija a la que alcance tus ojos, ni más sonido que el que otros te permitan oír. Elegir el optimismo entre dolores constantes es de héroes admirables. Pero no seamos ciegos para ver que hay quienes no están dispuestos a esa batalla, sin que su dignidad sea diferente a otra. Ni por decir que uno es un inmóvil esclavo de su cárcel propia, porque no le llega la fuerza ni para decir que desea irse y no repartir más sufrimiento con cada minuto que se prolongue el adiós que la ciencia no remedia.

Qué derecho tengo yo como católico a imponer mi fe a quien no tiene, ni la quiere. A quién puede molestar que haya solución jurídica para quien no la obtiene de la ciencia. Por qué ha de oponerse un liberal a que exista un derecho individual para un problema personal. La eutanasia no es obligatoria para quien la desdeña; es una huida legal para quien quiere escapar de un tormento sin estar dispuesto a vivir atormentado.

A mi no me molesta ser católico y militante del PP para aceptar que la ley ayude a salir del cepo al que te somete un destino no deseado. Porque como cristiano me afecta ver el dolor de los demás, pero más aún me afecta imponer a Dios como remedio a quien no lo desea, ni lo acepta, ni le afecta tenerlo o no como testigo de su suicidio.

Harían bien los liberales en demostrar sensibilidad con lo que requiere ser sensible y no blandir hipérboles de político mediocre. Porque garantizar la calidad de vida es un obligado trayecto liberal. Y para que el dolor no sea una crueldad innecesaria, debe ser también posible decidir el final, sin que ello menoscabe la dignidad de quien lo pida.

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