Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

¿Extrañarse?

Se habla de indolencia, pero debería hablarse de buena fe en que los políticos electos lucharan por Granada

No es de extrañar que Granada lleve 42 años en el vacío más oscuro, en el agujero más negro provocado por el 28-F de 1980 y del que sólo podrá sacarla un milagro. Por ende, no son de extrañar los agravios sistemáticos que nos han infligido Andalucía y el centralismo sevillano, y que han procurado el ostracismo y la postergación que sufrimos.

Lo que sí que es de extrañar es que los granadinos hayamos consentido tantos agravios durante estas décadas. Se habla de la indolencia granadina, pero más bien debiera hablarse de buena fe, de fe en que los políticos electos por Granada lucharían verdaderamente por ella. Pero la perspectiva histórica -más años que el franquismo-, ha demostrado lo equivocado de elegir a tantos no-representantes que sólo han peleado por ellos y nada por Granada.

Por ello, no es de extrañar que, con motivo del Día de la Toma, nos salga una peleona foránea, Olona. Lo malo es que, como peleona paracaidista, aterrizada concretamente desde Alicante vía Madrid, el desconocimiento de nuestra fiesta haya hecho que diga cosas tales como que, cuando Vox gobierne, van a convertir a la Toma en día de Andalucía. Lo que nos faltaba a Granada y los granadinos… Como si ya no tuviéramos poco con los 8 indocumentados que quieren acabar con una celebración con 530 años de antigüedad, para que ahora venga otra desconocedora de nuestra tierra con más ocurrencias andaluzas para Granada.

Ya es hora de no elegir más a políticos de diestra y siniestra que sólo piensan en sus intereses personales y partidistas, lejos siempre del querer y del sentir granadino, y que sólo se acuerdan de Granada para hacerse la foto, subirnos los impuestos, consentir la ruina de la Alhambra y de la UGR, aplaudir que se lleven las pocas instituciones que nos quedan o que nos den una miseria en inversiones mientras se premia descaradamente a Sevilla y Málaga. Estos son los políticos electos por Granada, los que consienten y/o propician nuestra preterición. No debe extrañarnos pues que traicionen a Granada, se juegan sus sillones.

Ninguno de esos políticos que sustentan o han sustentado el aparato ostracista andaluz, ese que nos relega por sistema, debe extrañarse ahora de que la respuesta a su postergación sea el Granadexit, porque es la única vía que procurará la auténtica defensa de los intereses de Granada y los granadinos, económicos, laborales, sociales…, así como nuestra identidad y tradiciones, poniéndolas por encima de cualquier otro interés.

No se extrañen pues de que, tras 42 años de traición política y preterición, optemos por el mañana autónomo que nos propiciará el Granadexit.

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