Palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Fábula de las ovejas

NO es necesario ser Esopo para hacer hablar a las ovejas, qué va. A veces las ovejas hablan aunque solo balen ("bale quien sirva", como decían las ovejas de la OJE a sus camaradas de camada). En estos tiempos de decadencia de la cultura fabulística lo acontecido en Escúzar -un pastor, Florentino, acusa al alcalde de matar de hambre las ovejas que le decomisó el Ayuntamiento- es una auténtica cumbre contemporánea del simbolismo político que, al irrumpir en medio de una cultura eminentemente urbana, alcanza por añadidura el sentido de una égloga moderna.

Veamos. El pastor Florentino poseía un rebaño de 1.200 ovejas en Escúzar, pero no las tenía conforme a la ordenanza. El pastor guardaba el rebaño en su casa, que estaba en mitad del pueblo, razón por la que sus vecinos se quejaban a causa del olor y los balidos. Aunque los afectados se alzaron contra el pastor en 2006 no fue hasta mayo de 2007, es decir, a solo diez días de las elecciones municipales, y con sospechoso tufo electoralista, cuando la alcaldesa socialista Ana Navarro desalojó, con permiso del juez, el ganado.

"Por las ovejas a la alcaldía". En realidad, Navarro no hizo nada fuera de la norma: lo que para unos es una autovía para otros es un rebaño. Ahora bien, lo que puede ser semejante en el orden político no lo es en el zoológico. Y ahí se produjo el desajuste. Las ovejas se vengaron en nombre del pastor del afán intervencionista de la alcaldesa, presentándose en el Ayuntamiento y reclamando asilo en la casa municipal que, como nadie ignora, es la casa de todos, incluidas las ovejas y demás animales de granja y pastoreo. Navarro (a lo hecho pecho) acogió las 1.200 reses! en territorio franco.

Sin embargo, la alcaldesa perdió y fue sustituida por Manuel Alférez (PP), que heredó el consistorio, las deudas, los censos y las ovejas, en cuya manutención el Ayuntamiento, hasta fecha de hoy, lleva gastados 48.000 euros, tanto como vale el mantenimiento de cuatro concejalías completas. Llama la atención en estos tiempos tan dados a las crispaciones huecas, que el alcalde del PP se haya conformado con la herencia.

Ahora bien, nadie recordó que las ovejas no son eternas, al contrario que la administración de Justicia, de modo que las reses han ido muriendo, mientras esperaban el fin del pleito, a razón de cinco al año. El pastor dice que de hambre y el alcalde que de viejas, es decir, de ley natural. La Junta, por su lado, ni caso, no quiere saber nada de las ovejas, seguramente porque ahora son ganado del PP. Lo extraordinario es que en Escúzar no hay pasto y, por tanto, no tendría que haber ganado, vote a quien vote.

Lección: "Conviene al edil poderoso / ser cauto con sus antojos. / La prudencia es moraleja / para regidores y ovejas". Fin

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